
Ese es el principal propósito que he hecho para este recién iniciado veintidós del veintiuno.

Si fuese un gurú o cualquier forma de maestro espiritual, afirmaría que la responsabilidad es una de las columnas esenciales.

Desde hace unos días llevo en la muñeca derecha una banderita de la Segunda República Española, haciendo compañía a un coletero, les juro que es un coletero, rojo.

Si en siglos venideros toda la información asequible para los historiadores procede de los archivos de El Mundo, La Razón o similares, su visión sería muy parcial.