¡Que viene el Coco!



Ya en tiempos de Goya cumplía el personaje la misión de asustar a niños desvelados.

 En nuestros tiempos y como la gente que corta la pana nos quiere dormidos, amodorrados y con el sentido crítico muy disminuido, también apelan a asustarnos, no ya con ese Coco, que viene y se come a los niños que duermen poco, sino con toda clase de sucesos adversos, o muy adversos que han de llegar a sumirnos en el caos, la barbarie y la más absoluta miseria.

 Basta con leer, aunque sea superficialmente, la prensa más escandalosilla para que entremos en una fase de angustia profunda, temor extremo y miedo atroz: Retornos de la pandemia, asteroides que rozan la tierra, desabastecimiento de todo, falta de todo, nos dicen, y ahora el último coco es el del apagón en Europa que nos va a llevar de nuevo a la oscura época de las tinieblas, al menos durante unos días. Por eso nos avisan de que hagamos acopio de productos esenciales y víveres no perecederos. Falta de todo, nos dicen, pero hacer acopio de todo eso que falta, antes de que falte más.

...me resulta bastante aburrido y opino que aburrirse o aburrir es un crimen de lesa humanidad
 No es la primera vez (esta muletilla se está haciendo habitual ya) que escribo de esto, y a las pruebas me remito, consúltese mirada 18 de octubre de 2019. Pero es lo que hay. Podría hacer miradas literarias, preciosistas y primorosas, o al menos intentarlo, y dejarme de andar enredando con política. Pero eso me resulta bastante aburrido y opino que aburrirse o aburrir es un crimen de lesa humanidad.

 Por tanto, prosigo comentando que el miedo en la población facilita a loa poderes fácticos la tarea de seguir medrando a costa de lo que haga falta y sin detenerse ante nada. El otro factor crucial en ese abandono del sentido crítico es el exceso de entretenimiento propiciado por un ocio consumista y poco creativo. Mentes ocupadas en las andanzas de famosetes y famosillos no se cuestionan nada de la realidad en la que viven. O vivimos.

 Y mientras tanto aparecen entes como Ayuso, Pedro Sánchez, o Greta Thunberg, es decir, personas que del anonimato más absoluto pasan a ser “primas donnas” del escenario mundial. Y no tengo ningún reparo en que Ayuso presida Madrid, Pedro Sánchez España y Greta Thunberg se invite o se deje invitar donde quiera. Simplemente me pregunto de qué forma se llega del anonimato a esos puestos relevantes. Y me respondo que, con dinero, publicidad y más dinero; ya lo dijo Napoleón, creo:” Las guerras se ganan con oro, oro y más oro”. Y el que pone el dinero lo pone por algo.

Ayuso es la mejor publicista de los bares y tascas de Madrid y Greta está absolutamente convencida de lo sacrosanto de su cruzada
 Ya veo al crítico lector diciendo que también Yolanda era una desconocida. Pero con un pasado absolutamente irreprochable de abogada laboralista, es decir de servicio a los trabajadores.

 Tampoco estoy diciendo que haya nada turbio u oscuro en Pedro, Ayuso o Thunberg y, de hecho, fue Pedro quien nombró ministra de Trabajo a Yolanda, Ayuso es la mejor publicista de los bares y tascas de Madrid y Greta está absolutamente convencida de lo sacrosanto de su cruzada. Simplemente me limito a preguntarme, sin respuestas, obviamente, que hay detrás de todos los ilustres desconocidos.

 Y a aconsejar que ante el intento de controlarnos por el miedo, hagamos de tripas corazón y nos entreguemos, en la medida de nuestras posibilidades a vivir sin miedo a la vida. A intentar que no nos amarguen la existencia los profetas del caos. Creo que vale la pena.


Vea también: El miedo nos incapacita, pulse aquí o en la imagen.