El fallecimiento del papa Francisco ha generado, lógicamente, millones de mensajes de condolencia.
Hay quien ve las redes sociales como un basurero, otros las vemos como un bazar lleno de libros por descubrir, amigos a los que aún no conoces, momentos inolvidables de confidencias a media noche.
Espero me que pille leyendo, o disfrutando de un buen solo de guitarra de blues, por ejemplo.
Estamos rodeados de lo que, sin eufemismos, sin paños calientes, bastante caliente estoy yo, llamaré “hijoputas”.
El acoso a los discapacitados, a los ancianos, al colectivo LGTBI a los “diferentes” en definitiva, por políticos e incluso por gobiernos se está normalizando ¿no te recuerda esto nada?
Quieren hacernos creer los mandamases de la Unión Europea que tenemos que aumentar el gasto en defensa.