Esa es la triste realidad a la que debemos hacer frente: No podemos contar ni con los Magos de Oriente para que nos traigan los regalos, ni con “dioses, reyes ni tribunos” para que nos traigan la salvación.
Esa es la triste realidad a la que debemos hacer frente: No podemos contar ni con los Magos de Oriente para que nos traigan los regalos, ni con “dioses, reyes ni tribunos” para que nos traigan la salvación.
Según el calendario estamos en los últimos días de este año 2013 del que pocos recuerdos buenos podemos tener los sufridores españoles, que somos casi todos menos una minoría privilegiada.
Tengo una gran deuda contraída con Alhama y con los alhameños, lógicamente con algunos más que con otros; pero en todo caso es una de esas deudas impagables por que es de gratitud.
Aunque suelo enriquecer mi lenguaje oral con algún que otro vocablo malsonante, en mis escritos procuro siempre eludirlos, el titular de la mirada de hoy lo ha escrito prácticamente Cristóbal Montoro al afirmar que “el PP volverá a ganar las elecciones porque los mercados no son gilipollas”.
Naturalmente soy firme partidario de reformar la constitución especialmente en lo que respecta a la jefatura del estado, que no creo que deba ser hereditaria como lo es una finca o una empresa.
Resulta profundamente cómodo creer que mi patria, mi bandera, mi religión, mi ideología, mi territorio, mi lengua, mi cultura, mis tradiciones, etc. son las mejores del universo, y que mi líder indiscutible es el mejor de los posibles, que mi país ha sido bendecido por Dios y todos los demás territorios en que se divide el planeta están puestos ahí para mi uso y disfrute.