
Reflexiones sobre nuestro compromiso individual con la defensa activa de los espacios naturales protegidos.

Reflexiones sobre nuestro compromiso individual con la defensa activa de los espacios naturales protegidos.


Una impresión sobre este pueblo de raíces auténticamente serranas.

Un acercamiento a la aventura de vida de un hombre consecuente hasta el final con su forma de pensar.




Desde que el mundo es mundo -o más bien desde que el hombre tiene conciencia de sí mismo- en todas las culturas se ha contado, cantado, glosado, dibujado, descrito, venerado, recitado, copiado, representado, fotografiado, filmado y -en definitiva- alabado tantas veces la luz de la luna y su influjo sobre los seres vivos, que sé de antemano que cualquier cosa que pueda escribir hoy sobre ella ya se habrá dicho antes.

El Parque Natural de las sierras de Tejeda, Almijara y Alhama es tan completo que ofrece recorridos y actividades para todos los gustos.

Más allá de las sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, hacia el sur, se extiende el mar. A la vista de todos está muy cerca; para comprobarlo no hay más que subir a cualquiera de las cumbres que demarcan el límite de provincia entre Málaga y Granada -la imponente Maroma, el Lucero con su picuda silueta, el redondeado y distante Navachica- o ascender por su sendero a los históricos puertos de montaña de Cómpeta o Frigiliana para toparse al coronarlos, casi de repente, con ese inmenso horizonte azul que es el Mediterráneo.