
En noviembre del pasado año publicaba una mirada con el título de ¿Ponientuscos granadinos?, era un artículo más bien en tono ligero y jocoso, que pretendía llamar la atención sobre la pérdida de identidad que el término Poniente Granadino, supone para los que pensamos que vivimos en una comarca llamada Comarca de Alhama.

 Corría el año 82 u 83 cuando Donna Summer triunfaba con el disco cuya portada ilustra este artículo, “She works hard for the money”, ella trabaja duro por el dinero o, con una traducción algo más castellana y coloquial, ella se lo curra.
 Se asocia el verano al ocio, las vacaciones, el veraneo y los viajes; también es la época de la siega, que ahora, afortunadamente ya no se hace como en la ilustración.

 No seré yo quien niegue que la olla jameña puede ser el buque insignia de nuestra gastronomía y uno de los reclamos de la Romería del Vino, pero no solo de olla vive el jameño.

 Razones para la ira, la indignación, el cabreo e incluso el más profundo de los encabronamientos, ha habido siempre a lo largo de todas las épocas.

Manos que doblegan la materia, que la humanizan, en el sentido de que la hacen apta para su uso.

 Durante algo más de un año he venido insistiendo en mis  miradas en que ahora estamos en Alhama mejor que el año en el que llegué, gracias al trabajo y el esfuerzo de mucha gente, trabajadores, distintas administraciones etc.  Reparo ahora en que he olvidado el esfuerzo de los emprendedores.

 Aclaro que pese al título, este artículo trata sobre cultura, mejor dicho, sobre política bien encaminada a gestionar los asuntos que a todos atañen en cuestiones culturales.

 Cualquier excusa es buena para ir de gasto, lo que en otras tierras llaman comida campestre y en las de lengua inglesa picnic; pero a fin de cuentas se llame como se llame, todo es lo mismo.

Altivo y soberbio, encastillado en su propio orgullo, permaneció ajeno a todo durante parte del siglo XIX, todo el XX y, en este siglo que iniciamos, parece ir por el mismo camino.

 Coche y carretera como símbolos de libertad han estado siempre presentes en la iconografía de nuestros tiempos, gracias al cine; también el vehículo está asociado al poder y la posición social.