
Como “philosopho de lo cotidiano” suelo reflexionar precisamente sobre lo que, dicho en lenguaje poético al modo de Juan de Mairena, pasa en la calle.
César conquistó las Galias, con las legiones pagadas con el dinero de Pompeyo, pero, sobre todo, negociando con los líderes de las naciones que las componían.
Sánchez conquistó la secretaría general gracias al apoyo de la maquinaria del PSOE que se volcó en él por creerle mejor opción que Madina.