La frase, que tiene como origen un anuncio de la tele de los años noventa, significa que, en busca de un bien, sea el que sea, se transige con lo imposible. Más o menos.
Pese a que no soy especialmente aficionado al mundo del motor, ni de cuatro ni de dos ruedas, tengo un acierta sensación de pérdida tras la muerte de Ángel Nieto.