
En los años cincuenta del siglo pasado, concretamente desde 1957, el año en el que una cosecha récord en El Llano, rompió el control sobre la moderación de los salarios que imponían los patronos locales, que durante la campaña de la siega llegaron a triplicarse, cambiaron radicalmente las condiciones laborales y agrícolas en El Llano y en España.




