
Aislados en la cumbre de las montañas más altas, como modernos eremitas, los bomberos forestales vigilantes desarrollan una labor primaria y esencial -y tal vez poco conocida- en la defensa de nuestros espacios verdes protegidos.
Qué habría sido del progreso y la comunicación entre los pueblos sin la existencia de los caminos y las sendas tradicionales, que facilitaron durante siglos el paso de un lugar a otro a muchas generaciones de trabajadores del campo.
Detrás de la figura pública del director conservador del Parque Natural Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama existe un solícito y afable hombre de a pie que, por encima de todo, disfruta con su trabajo.
Fiel a la llamada de las lluvias intensas, en una cita que se viene repitiendo desde que el mundo es mundo, la Cueva del Linarejo ha vuelto a entonar para todos nosotros su eterna canción.