
Como en tantos cientos de ocasiones hemos expuesto por doquier a lo largo de estos más de cincuenta y cinco años, y especialmente en estos últimos veintiséis, en el florecimiento de los denominados romances moriscos antiguos, el que más popularidad alcanzó fue el “!Ay de mi Alhama¡”, y esta fama, como comento el mismo Ramón Menéndez Pidal, no sólo se mantuvo sino que se extendió extraordinariamente con el acompañamientos instrumental de los vihuelistas del tiempo de Carlos V y Felipe II, que con sus composiciones sobre este romance lo dieron a conocer reiteradamente por toda Europa.









