Tras meses de búsqueda de fotos, la ayuda altruista y generosa de Alhama Comunicación y las ganas de encontrarme con las personas con las que compartí mi niñez, mi adolescencia y muchos momentos inolvidables, por fin llegó el día del encuentro.
Fue un día 7 de mayo a las ocho y media de la tarde, nos reunimos 54 amigos y compañeros, a los tenía muchas cosas que decir y preguntar y que a pesar de estar hasta las “y tantas” de la madrugada, faltó tiempo para poder contarnos todo con un poco de tranquilidad.
Estuvimos hasta las tres de la madrugada en el restaurante Raya, al cual he de agradecer el trato tan cordial y la cocina tan selecta de la que pudimos disfrutar, y de allí nos fuimos a tomarnos las últimas copas al pub Los Tajos, al cual deseo una pronta solución a su problema.
Entre todos los que fuimos, decir que echamos de menos a los que faltaron, y como no, dar las gracias a todos los que hicieron un sobre esfuerzo por venir, entre ellos el que vino de Dublín, el que dejó a medias la comunión de la sobrina, la que dejó a medias la confirmación de la sobrina, la que vino desde Cádiz, la que vino desde Almería habiéndose enterado cuatro días antes, y así un largo etc., lo cual me hace corroborar que los de la “Generación del 69 y Compañeros del 68, 67....” somos gente de corazón, amigos de nuestros amigos y gente formal.
Como recuerdo de este día se confeccionó un llavero para aquellos que nos acompañaron, para que tengamos siempre presente que las llaves de la amistad es la que abre todas las puertas y es la que guarda los mejores recuerdos vividos y compartidos en aventuras de siempre.
Y para aquellos que por motivos varios no pudieron venir, estad tranquilos que habrá una segunda oportunidad.
Estuvimos hasta las tres de la madrugada en el restaurante Raya, al cual he de agradecer el trato tan cordial y la cocina tan selecta de la que pudimos disfrutar, y de allí nos fuimos a tomarnos las últimas copas al pub Los Tajos, al cual deseo una pronta solución a su problema.
Entre todos los que fuimos, decir que echamos de menos a los que faltaron, y como no, dar las gracias a todos los que hicieron un sobre esfuerzo por venir, entre ellos el que vino de Dublín, el que dejó a medias la comunión de la sobrina, la que dejó a medias la confirmación de la sobrina, la que vino desde Cádiz, la que vino desde Almería habiéndose enterado cuatro días antes, y así un largo etc., lo cual me hace corroborar que los de la “Generación del 69 y Compañeros del 68, 67....” somos gente de corazón, amigos de nuestros amigos y gente formal.
Como recuerdo de este día se confeccionó un llavero para aquellos que nos acompañaron, para que tengamos siempre presente que las llaves de la amistad es la que abre todas las puertas y es la que guarda los mejores recuerdos vividos y compartidos en aventuras de siempre.
Y para aquellos que por motivos varios no pudieron venir, estad tranquilos que habrá una segunda oportunidad.
Una foto para el recuerdo
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