Los Magos de Oriente; un juguete, una sonrisa en Jayena



Melchor, Gaspar y Baltasar recorren las calles de Jayena sembrando la ilusión y la magia entre los niños.




 Muchas cosas cambian de nombre, de color, de sentido, pero si hay algo que nos hace mantener la ilusión y los sueños, son los niños, con su inocencia ingenua, y su testaruda sencillez. Año tras año siempre te sorprenden, nunca te dejan indiferentes, mientras los adultos, nos encabezonamos en sacarle punta al lápiz o tres pies al gato. Ellos no cambian. Están ahí siempre, con su ilusión, como un espejismo de luz en el alba de una madrugada, que nunca se perderá.

 Este año, como lleva siendo costumbre ya en los últimos tiempos, en Jayena el día 5 de enero, a esa hora torera enigmática y arcana, de las cinco de tarde, ha tenido lugar, como una reseña informativa, como tienen lugar esas noticias sin anhelo ni apetencia, y como es rutina, tradición y hábito, ha recorrido las principales calles del pueblo, repartiendo caramelos, y otras chucherías.

 Seguramente que los organizadores y el ayuntamiento y muchos padres, han puesto todo su empeño, para que todo el evento sea un éxito. Seguramente que se habrán repartido muchos kilos de caramelos, y otras chucherías, seiscientos o setecientos, y que los casi ochenta niños que han acudido al salón García Lorca a recibir sus regalos de los mismísimos Magos de Oriente, están contentísimos y felices.

 Supongo que esta debe de ser una crónica en el mejor sentido de la palabra buena y humana. Si nos atenemos a las caras de felicidad de los niños, no cabe apuntar o escribir otras palabras. Así que solo cabe decir que el cinco de enero en Jayena ha tenido lugar la Fiesta de los niños, y los Magos de Oriente, que cada juguete fue una sonrisa, y que cada sonrisa supuso la culminación de un sueño. En fin, mi hijo Jorge, que pronto cumplirá cuatro años, ha gozado y saboreado el momento como supongo que otros niños, como si en ello le fuera la vida.

 Una sensación agradable se ha impreso por todo el lugar, empapada de ternura, y afecto.

 Pero…