El tema de los romances es inagotable. Como apuntaba sólo deseaba dar unos apuntes sobre variados aspectos que pueden ser interesantes sobre los mismos.
Como en tantos cientos de ocasiones hemos expuesto por doquier a lo largo de estos más de cincuenta y cinco años, y especialmente en estos últimos veintiséis, en el florecimiento de los denominados romances moriscos antiguos, el que más popularidad alcanzó fue el “!Ay de mi Alhama¡”, y esta fama, como comento el mismo Ramón Menéndez Pidal, no sólo se mantuvo sino que se extendió extraordinariamente con el acompañamientos instrumental de los vihuelistas del tiempo de Carlos V y Felipe II, que con sus composiciones sobre este romance lo dieron a conocer reiteradamente por toda Europa.
Los romances viejos fueron clasificados por Marcelino Menéndez y Pelayo, que contó ya con los hallazgos juveniles de Ramón Menéndez Pidal, como Romances históricos, Romances del ciclo carolingio, Romances del ciclo bretón, Romances novelescos sueltos y Romanceas líricos.
No está concretado el tiempo en el que comenzaron a escribirse romances, tanto por su carácter popular como anónimo, ello llevó a que se perdieran gran número de ellos.
Habían transcurrido ya más de cinco siglos de nuestros romances y jamás le habíamos manifestado, como correspondía y sigue correspondiendo, la enorme gratitud que los alhameños de todas estas centurias les debemos a ambos y, muy en especial, al “¡Ay de mí Alhama!”.
Se celebrará en la Plaza de los Presos, a las nueve y media de la noche el sábado 19 de agosto.
Este acto contó con Mariló V. Oyonarte como invitada de honor y la actuación del grupo de música sefardí, Hagadá.
Tras dos años de pandemia que hizo que se celebrase en el Paseo del Cisne, la edición número veintiséis vuelve a la plaza los presos el próximo sábado día 13 de agosto a las 21:30 con Mariló V. Oyonarte como invitada de honor.
Se celebrará en la Plaza de los Presos, a las nueve y media de la noche el sábado 13 de agosto.

Pilar Aranda, con un pregón impregnado de alhameñismo, la magnífica interpretación de Romances y romanzas en la música a cargo de un dúo de cámara, y el broche del ¡Ay de mi Alhama! recitado por Silverio Gálvez, hacen merecedora de esta calificación