La pasión por sus dos tierras natales



El próximo viernes, 24 de marzo, Andrés García Maldonado recibe un homenaje en el hotel Miramar de la Asociación de la Prensa y el Colegio de Periodistas de Málaga.

Con motivo de que nuestro paisano, e Hijo Predilecto de Alhama, recibirá un homenaje este viernes, 24 de marzo, en Málaga, los diarios de esta provincia le dedican espacios en sus tiradas reconociendo su figura. Extraemos el publicado este mismo domingo por el diario La Opinión, firmado por Alfonso Vázquez, y foto de Gregorio Torres
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Se cumple medio siglo de la llegada a Málaga de este alhameño trabajador y generoso

 En el DNI de Andrés García Maldonado deberían constar dos lugares de nacimiento: Alhama de Granada. donde vino al mundo en 1948 y Málaga, su ciudad de adopción pero a la que se siente tan arraigado como si fuera su tierra natal. «Me siento tan alhameño como malagueño porque soy muy agradecido», confiesa.

 Esta doble adscripción comenzó una tarde de mayo de 1967. Hacía pocos días que se había incorporado al diario malagueño Sol de España y paseando por el puerto de Málaga, cuenta: «Veo la Alcazaba, escucho la sirena de un barco y yo no sé qué pasó ahí que digo: yo me quedo en Málaga».

 El próximo viernes, 24 de marzo, recibirá una cena homenaje en el Hotel Miramar, convocada por la Asociación de la Prensa y el Colegio de Periodistas de Málaga, por los que tanto ha luchado. Será, seguro, un acto multitudinario para agradecer el trabajo y la entrega en tantos campos de este entrañable ser humano.

 Andrés es hijo de Inocente García Carrillo, administrador de Correos y abogado que terminó en Alhama de Granada por amor, porque conoció a la alhameña Mercedes Maldonado. Y aunque lo perdió a los 10 años, a Andrés le marcaría de por vida: «A mi padre le encantaba la Historia, escribió varios libros, uno de ellos sobre Alhama visto por un extranjero».



 En Andrés García Maldonado también prendió la vocación de la escritura, por eso inició su formación estudiando Filosofía y Letras, aunque luego haría Derecho. Y todo, gracias a que su madre «tuvo el valor de vender todo y comprar un piso en Granada para darles carrera a sus cuatro hijos», cuenta.

 La escritura le condujo al periodismo y aunque su sueño era escribir en el Ideal de Granada, el destino le llevó a Málaga, a Sol de España, el periódico de la Transición. «Fue una escuela de periodismo y luego de buenos compañeros, hasta el punto de que no me atrevo a dar un nombre por si se me olvida alguno. Era el más innovador. Al principio no arrancaba pero al final llegamos a alcanzar los 40.000 ejemplares».

 El periodista comenzó con la información institucional y recuerda: «Hacíamos dos o tres páginas al día. La primera tanda de trabajo la terminábamos a las 3 de la tarde porque teníamos que llevar las páginas al autobús de Portillo, ya que, al comienzo, la redacción y la rotativa estaban en Marbella».



 Entró en contacto entonces con entidades como la Peña Malaguita, entonces una potencia cultural, que él terminó presidiendo, ya con el nombre de Liceo de Málaga.

 De esos primeros tiempos recuerda una entrevista al torero Miguel Báez Litri, en el Miramar, durante la cual el diestro se estuvo vistiendo, con toda naturalidad, para salir a la plaza, así como el Gordo de la lotería, «que cayó entero en Málaga».

 El cierre del periódico durante 15 días de agosto de 1974 por orden de las autoridades franquistas, a causa de una información sobre Girón de Velasco, además de dar prestigio a Sol de España fue muy bien aprovechado por Andrés García Maldonado: «Aproveché esos días más el mes que me correspondía para casarme», ríe. Con su mujer, Mari Carmen Sánchez, tendrá dos hijos, Carmen Elena y Félix Luis.

 Otra de las muchas facetas de este alhameño atrapado por Málaga es la Universidad. En 1968 se integra en la Asociación de Amigos de la Universidad que han puesto en marcha Francisco de la Torre Acosta, el padre del actual alcalde y José Luis Alonso del Castillo. «Tuve la suerte de dar con 30 personas del máximo nivel, en el sentido de cómo lucharon por Málaga. La Universidad habría llegado antes o después, pero si no es por la asociación, tarda algunos años en llegar».

 Uno de los integrantes de la asociación, a la muerte de su padre, será el joven Francisco de la Torre Prados, con el que desde entonces le une una gran amistad.

 Andrés, ya en los 70, compagina el trabajo en Sol de España con la enseñanza, gratuita, en colegios de Málaga de Derecho Constitucional, pequeñas pero inolvidables lecciones de Democracia. «Muchos alumnos me lo agradecieron porque les abrí los ojos, en el sentido de que la Democracia no era tan mala, el concepto de libertad e igualdad para todos».

Candidato a la Alcaldía



 Y llegó la Democracia, Andrés García Maldonado ingresa en UCD, que en Málaga preside Francisco de la Torre y es nombrado candidato a la alcaldía en las primeras elecciones municipales de 1979, en las que fue elegido el socialista Pedro Aparicio. «Fue una gran experiencia y un gran honor», confiesa y destaca que la diferencia con los políticos actuales estriba «en que éramos unos novatos y lo segundo, el altruismo: todos entramos pensando que allí no se cobraba». De Pedro Aparicio guarda un gran recuerdo: «Era un caballero, un hombre preparado, sensible, respetuoso, tolerante, creo que fue un buen empezar para la democracia en Málaga».

 Prueba del buen talante entre unos concejales que, como destaca Andrés, «éramos adversarios políticos pero no enemigos», fue el encargo de Aparicio para que él coordinara los actos del centenario del nacimiento de Pablo Ruiz Picasso, en 1981.

 Ese mismo año, siempre recordará el intento de golpe de Estado del 23 F. «Le ofrecí a Pedro Aparicio la llave de un piso que tenía en Fuengirola porque era objetivo seguro. No aceptó. Entonces le dije que yo no era ningún valiente pero que me quedaba en el Ayuntamiento por él».

 De regreso a pie de madrugada, camino de su casa, en el Paseo de los Tilos, nunca olvidará que le siguieron cinco taxis. «Iban dándome escolta, es algo que cada vez que lo cuento, me emociono».

 En 1983, cuando concluye la legislatura, deja la política, vuelve al periodismo y con el tiempo, empieza a compaginarlo con la abogacía. Ya estaba vinculado con la Cámara de Comercio, en la que empezó de jefe de prensa y, 38 años después, continúa trabajando en la institución, desde 2005 de secretario general.

 De Andrés, curtido en tantas batallas y campos, no hay que olvidar su lucha por la dignificación del trabajo de periodista. Aunque no le gusta personalizar y nombra a muchos compañeros, lo cierto es que estuvo 14 años presidiendo la Asociación de la Prensa de Málaga y encabezó la comisión organizadora del nuevo Colegio de Periodistas de Málaga, un logro alcanzado en 2012.

 Y la influencia paterna hizo de él, además, un prolífico historiador, con más de 40 libros escritos, sobre todo de Alhama de Granada, y unos 400 artículos.
«Me ha gustado mucho el estudio de Alhama, y quizás haya historiadores con mayor aportación que yo, por supuesto, pero si algo he hecho ha sido el difundir popularmente la Historia».

 Su vinculación con la sociedad malagueña continúa además como vicepresidente del colectivo que reclama la terminación de la Catedral. Algo que, está convencido, se producirá algún día y será muy beneficioso para la ciudad.

 Andrés García Maldonado, el hombre de las dos tierras natales, sigue trabajando por ellas sin desprenderse de la sonrisa.

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