Alhama recupera la figura de Francisco Ortiz Fernández



 Recuperada la memoria histórica de Francisco Ortiz Fernández, Secretario General del Ayuntamiento y Delegado del Gobierno en Ceuta en la Segunda República.


 Resonaron nuevamente las palabras dirigidas por Francisco Ortiz Fernández, a “ese pueblo de sencillos trabajadores republicanos” en la carta remitida al Ayuntamiento de Alhama de Granada en el acto de su recuerdo el viernes 8 de julio de 2014 en el salón de actos.

Antonio Gordo Villarraso

 Fue en la voz de Andrés García Maldonado, que dio lectura al acta en la cual se recoge el escrito remitido por el recién nombrado Delegado del Gobierno en Ceuta en la cual notifica su toma de posesión del cargo y se pone a disposición del pueblo de Alhama, un pueblo al que había servido durante 35 años en los que ejerció como secretario General de su Ayuntamiento.

 Las primeras palabras de Andrés García Maldonado fueron para manifestar su satisfacción por estar en el ayuntamiento y por contar con la presencia de nietos y bisnietas del secretario recordado, Marian y Olga Gómez Pérez, hijas del abogado, y amigo de Andrés, Juan Gómez y bisnietas de Francisco Ortiz, como María José, hija de María Jesús..

 Continuó recordando que han transcurrido 65 años de la muerte de Francisco Ortiz Fernández, quien llegara a Alhama en 1898 y pasó en ella 35 años sirviendo a este pueblo en los cuales dio pruebas de “competencia y laboriosidad, asistiendo puntualmente a la oficina, tanto en días laborables, como festivos, en horas ordinarias y extraordinarias”, como recoge el acta del pleno del ayuntamiento republicano que el 28 de marzo de 1933 acordó concederle el título de Hijo Adoptivo y Secretario Honorario de nuestro Ayuntamiento.

 Prosiguió Andrés García Maldonado detallando el perfil biográfico del buen alhameño ahora recordado, perfil que nos da cabalmente, creo yo, el de un hombre honesto, culto, inteligente, sensible, honrado a carta cabal, liberal y demócrata, que pudo elegir mejores destinos, pero prefirió seguir en Alhama.

 Ilustró con una anécdota la férrea honradez de Francisco Ortiz, que de ningún modo permitió nunca que su nieto, Juan Gómez, de visita en Ceuta aceptase los obsequios de helados o chucherías con que quisieron obsequiarle en su niñez: sabido esto el abuelo procedió de inmediato al pago de los productos y a indicar a los propietarios de los quioscos que en lo sucesivo cobrasen al nieto.

 Una vez obtenida la jubilación se trasladó de nuevo a nuestro pueblo en el que vivió feliz hasta la llegada de los vencedores de la guerra, algunos de los cuales no pudieron olvidar que fue un hombre de ideales republicanos, aunque ajeno a cualquier partido político y, concretamente la inquina de algún concejal franquista del Ayuntamiento alhameño le llevó a tomar la decisión de irse e Alhama en 1940, para sumergirse en un injusto, añado yo, olvido, del que ahora se está recuperando, al menos su memoria y su entrega a nuestra Alhama ha sido recordada.

 Amigos suyos fueron Francisco Calvo Muñoz, que fue alcalde en la primera república y algunos años después y Antonio López Triviño, también alcalde con la segunda república y padre de Antonio “El Viñero”.

 El recordado y homenajeado falleció en 1949, todos los alhameños, como recordó Andrés debemos tener un sentido elevado y sincero de lo que es la gratitud y recordar la deuda que tenemos contraída con Francisco Ortiz Fernández cuya memoria hace muchos años debería haber sido recuperada y que mereció, y esto es una opinión personal mía, que todos los integrantes del Pleno del Ayuntamiento hubiesen estado presentes.

 Finalizó su intervención Andrés comentando que “Don Francisco vuelve a tomar posesión de su Secretaría General”.

 Si emotiva fue la intervención de Andrés, mucho más lo fue la de María Jesús Pérez Ortiz, nieta del homenajeado que recordó a la figura de su abuelo como la de un hombre vitalista, culto, estudioso, cumplidor, gran conversador, de talante liberal y sin rencores, dobleces ni envidias. Un hombre para el cual la caridad, entendida como amor a los demás, no como pena de las desgracias ajenas desde la superioridad, es decir, como fraternidad, era norma de vida. Comentó como el paisaje y el paisanaje de Alhama reforzó las características de la personalidad de su abuelo y es que, dijo, en Alhama hay que ser bueno y noble.

 Llego a Alhama en 1898, a una Alhama que a la nieta le parece que debería ser un lugar arcádico e ideal para vivir y en la cual forjó amistad con Gregorio Azaña, hermano del presidente de la Republica y a la sazón, juez en nuestro pueblo, fue amigo de Enrique Ramos, ministro de trabajo con Azaña.

 Fue una persona fiel a sus convicciones e ideas y todo un ejemplo para sus hijos.

 Concluyó el acto con las palabras de gratitud del alcalde de Alhama a todos los presentes por compartir el reconocimiento a un personaje injustamente olvidado, coincidió en que una conferencia y una placa es poco, pero hay que rescatarlo del olvido.

 Tras las intervenciones se descubrió una placa dedicada al recordado y puesta en dependencias municipales.

María Jesús Pérez Ortiz, nieta de Francisco Ortiz, durante su intervención.







La nieta y bisnietas de Francisco Ortiz, junto a la placa que le ha dedicado el Ayuntamiento

     
 

RECONOCIMIENTO A LA FIGURA DE DON FRANCISCO ORTIZ

Por María Jesús Pérez Ortiz, nieta de Francisco Ortiz

 Buenas noches, queridos amigos, en primer lugar quiero manifestar mi agradecimiento a la Corporación Municipal de Alhama de Granada, a su Sr. Alcalde, D. José Fernando Molina López, y a todos los miembros de dicha Corporación por haber tenido a bien rendir justo y merecido homenaje a D. Francisco Ortiz Fernández, mi querido abuelo, Secretario Honorario que fuera, durante 35 años, del Excmo. Ayuntamiento de esta Noble y Leal ciudad.

 Mi gratitud eterna, a mi querido y gran amigo, Andrés García Maldonado, Presidente del Patronato de Estudios Alhameños, autor e impulsor de la propuesta al Excmo. Ayuntamiento y mi gratitud a todos los miembros del dicho Patronato. Y gracias también a todos los aquí presentes por acompañarme en este día tan especial para mí.

 Hoy, creo se hace un acto de justicia, el reconocimiento de la figura histórica de D. Francisco Ortiz Fernández y que su nombre y el de esta Noble Ciudad queden unidos para la historia. Y todo ello gracias a este hombre extraordinario que no deja de bucear en la historia de su pueblo y de sus gentes. Ya en el pasado 2003, y con motivo del centenario de su nacimiento, se recuperaba la figura del eminente médico alhameño, Dr. Pedro Ortiz Ramos, gloria de la Psiquiatría Española e hijo del que hoy homenajeamos.

 Francisco Ortiz Fernández no era alhameño de nacimiento, pero siempre lo fue de sentimiento y pensamiento. Tal vez el paisaje acabara de modelar su recio espíritu, tu talante de hombre de bien. Pero ¿quién era D. Francisco Ortiz Fernández…? Ya lo ha explicado muy bien Andrés García Maldonado, y me enorgullece enormemente que ya pertenezca a la Historia de Alhama. Yo poco puedo añadir…Apenas le conocí, pero son muchos los recuerdos, las conversaciones mantenidas con mi madre hablándome de su padre, al que adoraba.

 Siempre se suelen decir cosas bellas de las personas homenajeadas, pero en este caso, y lo digo desde el corazón, no son palabras que hay que decir, sino palabras que brotan de la verdad. Era un gran hombre; vitalista, culto, estudioso, amante también de la historia, querido Andrés, y con una memoria prodigiosa. Y un espíritu de trabajo incansable. Y un profundo sentido del deber. Un ejemplo de vida.

 Respetuoso con todas las opciones del pensamiento. Gran conversador. Le gustaba oír a los demás y compartir. Su talante liberal, le permite relacionarse con ilustres personalidades de la época de las más diversas ideologías. Pero sobretodo, D. Francisco, era, en el buen sentido de la palabra, un hombre bueno. Sin dobleces, sin rencores, sin envidias…Era la verdad, el trabajo, la entrega y la generosidad que ejercía con sus semejantes a manos llenas. Y la caridad humana, la fraternidad, no la piedad, volcándose siempre en este pueblo con los más necesitados.

 Dijo un día Andrés…”Alhama, paisaje y paisanaje en la forja de un sabio…” Y es que este bellísimo paraje y este paisanaje-Alhama y sus gentes-acabaron de modelar su natural forma de ser, aquélla que había heredado de sus padres y de ese otro paisaje hermano de la Axarquía malagueña donde nació, la bella ciudad de Cómpeta.

 Llegó a Alhama en 1898 para ocupar la Secretaría General de su Ayuntamiento, tras cinco años en el pueblecito vecino de Arenas del Rey. Alhama era por entonces una especie de Arcadia. Aires, aguas, sonidos. Todo un estímulo para los sentidos. Es el esquema ético y estético de la ciudad. Faz moral de un pueblo a través de su naturaleza. Alhama, en aquella época se acercaba a los 8.000 habitantes. Primero vivió en una hermosa casa situada en la Plaza del Mercado, próxima a la Carrera, donde se encontraba el Ayuntamiento. Allí nacieron sus primeros hijos. Más tarde se traslada al nº 1 de la calle Llana- estamos hablando de 1908-. Una hermosa casa de tres plantas, con dos cierres, balconada y hermoso patio, mirando su fachada principal a la Carrera, adquirida en propiedad y mandada a reconstruir por don Francisco.

 Cuando se efectuó el derribo de muros para su reconstrucción, el maestro albañil, encontró una vasija de barro llena de monedas de oro que beneficiaron tanto al propietario del lugar como a su descubridor. Más tarde se vendió ya en 1942. Esta casa fue muy importante en la vida de D. Francisco. Es un testimonio de su hija menor, mi madre. “Allí dejaba- en sus momentos de ocio- pasar las horas, escuchando el tañir de las campanas de la Iglesia Mayor de la Encarnación, dedicado con devoción a la lectura, su gran pasión. Es un lugar privilegiado por su magnífico enclave. El edificio se encuentra ubicado muy cerca de la Plaza de los Presos, en lo que históricamente fue denominada “Puerta de Málaga” en la ancestral fortaleza, hoy, entrada a la bella calle Llana y junto a la insólita belleza de los Tajos y la monumental iglesia de Santa María de la Encarnación.

 A don Francisco, amante del saber, hombre culto y sensible, le gustaba narrar y, sobre todo contar hechos verídicos ocurridos y donde se resalta la historia de la ciudad. Lo que sucedió en Alhama durante la invasión francesa en 1810, y aquellos trágicos acontecimientos ocurridos el día de Navidad de 1884 y la solidaridad del monarca Alfonso XII con las personas y pueblos afectados por la catástrofe. Hechos memorables que tuvieron repercusión nacional y siempre presentes en el iconario de la memoria de los alhameños.

 Su casa, con ese rumor de fuente, le devuelve el sereno bienestar entre los libros. Solía leer, pensar y escribir y pasear por la habitación. Era un gran tertuliano. Acuden a su casa algunas amistades, atraídas por el aliciente de escuchar a D. Francisco una impresión política o, para saber de sus labios, la noticia de una sabrosa y original lectura. Su trato afable cautiva desde el primer momento a los ajenos. Tuvo por vecino al juez D. Gregorio Azaña-que ocupó el segundo piso del edificio-, hermano del que fuera Presidente de la Segunda República Española y al que le unió una profunda y noble amistad.
 
 Desempeñó el cargo de Secretario General durante 35 años, con entrega, brillantez y suma eficacia hasta 1933 en que tras ser designado para ocupar el cargo de Delegado del Gobierno en Ceuta, solicita definitivamente la jubilación. Accedía al nuevo cargo a instancias de su gran amigo, Enrique Ramos, que fuera ministro con la República y nacido en un pueblecito vecino al suyo, en la malagueña población de Algarrobo.

 Aunque muy sucintamente, dedicaré unas palabras a sus buenos e ilustres amigos que los tuvo y muchos… Me contaba mi madre que supo cultivar la amistad con extraordinarios hombres, ilustres personalidades del momento-existen cartas que lo confirman…: Joaquín de Montes Jovellar, político de ideología conservadora y Ministro de Justicia entre 1930 y 1931, en el Directorio Militar del general Berenguer, justo antes de la proclamación de la Segunda República. Había sido elegido en 1905 diputado a Cortes por el distrito de Alhama. Mi abuelo sintió su muerte ocurrida poco después de estallar la guerra civil. Aún a pesar de las intercesiones de sus amigos, nadie pudo evitar que fuese fusilado- víctima de la represión republicana-, junto a su hijo Nicasio de Montes Jovellar, en Paracuellos del Jarama.

 Otro de los ilustres amigos de mi abuelo fue el malagueño-nacido en Algarrobo- Enrique Ramos, Profesor de Derecho Romano en la Universidad de Madrid, Ministro de Trabajo con Azaña y Barcia y, más tarde, de Hacienda con Casares y Giral.

 Era un hombre serio pero de amenísima conversación. Llegó a tener una profunda amistad con mi abuelo, de esa que echan raíces. Siempre que su actividad política se lo permitía, solía pasar por Alhama con el único objeto de visitar a su buen amigo don Francisco Ortiz Fernández, con el que mantenía una asidua correspondencia. Tras el almuerzo pasaban a la sala-el lugar preferido por don Francisco-para tomar el café e iniciar una amenísima tertulia de sobremesa-como era su costumbre-sobre los más diversos y variados temas…Desde una impresión política-su tema preferido-hasta temas de aranceles, problemas cotidianos planteados por la realidad, o acres polémicas periodísticas… Pero siempre había espacio para el recuerdo, para la añoranza de una ya lejana juventud, de su vecina adolescencia-Algarrobo-Cómpeta-, y la conversación bajaba de tono, se hacía más cercana, más íntima, más emotiva. D. Enrique recordaba el pueblo que lo viera nacer-Algarrobo-, ese pueblo de calles estrechas y empinadas con cierto carácter laberíntico, así trazadas para defenderse de posibles ataques invasores. Un pueblo que a finales del siglo XIX sufriera los efectos del cólera y la filoxera, que arrasó con numerosas plantaciones vinícolas. Y un pueblo que también sufrió los trágicos efectos del terremoto que el 25 de diciembre de 1884 y con epicentro en Arenas del Rey, obligó a sus habitantes a desplazarse a las zonas de alrededor…Todo un cúmulo de recuerdos que se agolpan como instantáneas en la película de la vida.

 En sus conversaciones se insiste sobre el tema político y le cuenta a D. Francisco que fue Azaña quien lo llevó como subsecretario a las oficinas de la Presidencia establecidas en el palacete de la entrada a la Castellana… Y habla de los comienzos de su carrera política…, su gran pasión. Al finalizar la Guerra Civil se exilió en EE. UU. Muere en Múnich en 1957.

 Hay constancia de la correspondencia que D. Enrique Ramos mantuvo con sus amigos andaluces-entre los que se encontraba D. Francisco- a los que nunca olvidó. Según Patricia Zambrana, la documentación en la elaboración de este epistolario, se encuentra en los fondos del Archivo Histórico Nacional de Salamanca. Sería interesante realizar una investigación.

 Con Gregorio Azaña, su leal vecino, estableció una entrañable amistad. Había llegado a Alhama, sobre el año 1916, para ocupar una plaza de juez tras unas reñidas oposiciones. Era una familia burguesa de talante liberal, recuerda mi madre. Aunque su vocación primera había sido la política (fue Concejal y Teniente de Alcalde de Alcalá de Henares), tras la ruina sufrida por la familia, toma el camino de la carrera judicial. Era un gran intelectual, un lector incansable. En su casa, que tanto frecuentó, me contaba mi madre había un gran piano y un gran arcón lleno de libros. D. Gregorio muere en 1934 en Zaragoza, donde llegaría a ser Presidente de la Audiencia Territorial. Mi abuelo que, por entonces, ostentaba el cargo de Gobernador Civil de Ceuta, sintió profundamente la muerte de su querido amigo. El hijo de Gregorio Azaña, fue ejecutado en Córdoba, donde ejercía de fiscal, en los primeros años de la Guerra Civil, sin ningún proceso, única y exclusivamente por ser sobrino de Manuel Azaña. Mi madre y toda la familia llorarían la muerte del entrañable y simpático “Goyo” como, familiarmente, solían llamarle.

 La singular personalidad de D. Francisco, sus cualidades humanas, profesionales e intelectuales le llevaron a ser todo un ejemplo de vida para sus tres hijos, a quienes legó esas prendas morales que fueron la religión de la voluntad soberana, la fe en el trabajo, la convicción de que el esfuerzo perseverante es capaz de modelar el cerebro, supliendo las deficiencias de la Naturaleza y sujetando hasta la fatalidad del carácter, el fenómeno más recalcitrante de la vida. Virtudes innumerables entre las que figuraban, la más absoluta carencia de vicios, la austeridad y disciplina constantes. Un ser íntegro y siempre fiel a sí mismo, a sus convicciones, a sus ideas y eso, queridos amigos, es una virtud poco común en nuestros días. Siempre fue él mismo. Jamás se puso la absurda máscara de las conveniencias. Su cara de nobleza, de bondad, siempre fue el escaparate de su alma y paseó con su proyecto de vida y las aspiraciones más hondas de su corazón, ante los que más le quisieron.

 En la mencionada idiosincrasia de D. Francisco siempre destacó su férrea voluntad. Era un ser abnegado, tan firme y entero de carácter, tan tolerante y abierto a todas las ideas, tan esforzado y constante en sus empeños, tan agudamente sensible que consagró lo mejor de sus energías y de su inteligencia al servicio de este hermosísimo pueblo de Alhama de Granada.

 Quisiera citar algún testimonio de interés que por fortuna se conserva: El Acta Municipal de la sesión plenaria de la Corporación de 28 de marzo de 1933 en la que con la asistencia de la totalidad de sus miembros y bajo la presidencia del entonces alcalde Juan Pérez Larios, consta textualmente lo siguiente: En el 2º punto del Acta quiero poner el acento y leo: “Que conste en Acta el agradecimiento de esta Corporación por los relevantes méritos contraídos en el desempeño de su importante y difícil cargo, nombrándole Secretario Honorario e Hijo Predilecto de Esta Noble y Leal Ciudad, y expidiéndole el Título correspondiente con una Copia certificada en acta para que así pueda acreditarlo…”

 Su talante liberal y el hecho de haber ocupado el cargo de Delegado del Gobierno en Ceuta, al parecer le valió algunas enemistades… y, por determinadas circunstancias, no llegó a recibir la distinción prometida.

 Hoy es un día de gran justicia y de gran emoción para mí. Alhama de Granada, y a través de su amantísimo Hijo Predilecto, Andrés García Maldonado, recupera su figura que, en cierto modo, está aquí esta noche pues, mediante el recuerdo, las ideas, las personas, cobran vida y ese corazón pletórico de inquietudes sabía que, un día, fructificarían en sabia y permanente realidad.

 Muchísimas gracias, de corazón, a todos.

 
     



Noticia previa.



 Estuvo 35 años como Secretario General del Ayuntamiento de Alhama, y fue nombrado por el Gobierno de la República Gobernador Civil de Ceuta

Don Francisco Ortiz, hijo adoptivo y secretario honorario

 El próximo viernes, día 8, a las nueve de la tarde y en el mismo Ayuntamiento de Alhama, del que fue treinta y cinco años su secretario general, se va a recuperar y reconocer históricamente la figura y personalidad singular de don Francisco Ortiz Fernández, "por su ejemplar, generosa y entusiasta entrega a este pueblo y a sus habitantes desde 1898 a 1933", quien fue un hombre que trabajó y luchó por Alhama, que se entregó a ella y a sus habitantes -nuestros abuelos y bisabuelos- y que sufrió la injusticia y el olvido. Todo alhameño de bien debe participar en este acto de estricta justicia y también de reparación histórica, muy por encima de ideologías e ideas políticas concretas de cualquier clase.

Por Andrés García Maldonado

 Don Francisco Ortiz Fernández nació en el malagueño pueblo de Competa, en 1863, siendo sus padres Francisco Ortiz López y Rosalía Fernández López, llegando a Alhama, desde Arenas del Rey, para ocupar la secretaria general del Ayuntamiento el penúltimo año del siglo XIX, cuando contaba con 35 años, tras haberlo hecho cinco en Arenas del Rey. Desempeñando este cargo en Alhama durante treinta y cinco años, con gran entrega, brillantez y suma eficacia, hasta 1933 en que, en enero pide dos meses de licencia sin sueldo, tras ser designado delegado del Gobierno en Ceuta, y solicita definitivamente la jubilación dos meses después, cuando ya reúne más de cuarenta años de servicios efectivos. Siendo en todo momento intachable su dedicación y actuación como secretario general del Ayuntamiento alhameño.

 Un decreto del 11 de enero de 1933, publicado al día siguiente en la Gaceta de Madrid, hoy BOE, decía textualmente lo siguiente “A propuesta del Ministro de la Gobernación vengo en nombrar Delegado gubernativo de Ceuta a don Francisco Ortiz Fernández”, y unos días después en la sesión ordinaria municipal de 22 de enero, el Ayuntamiento acordaba por unanimidad que constase en acta la satisfacción de la Corporación y felicitar a don Francisco “por el acierto que ha tenido el Gobierno al conferirle dicho cargo por sus relevantes dotes de laboriosidad, fiel cumplidor y esclavo de su deber y caballerosidad, todo lo cual tiene demostrado en los 35 años que lleva de Secretario de esta Corporación”.

 Don Francisco Ortiz a la felicitación de la Corporación Municipal contesto con un atento saluda en el que, especialmente preparado por él y relacionando a la totalidad de los miembros de la Corporación, “sus queridos y buenos amigos”, les participaba su toma de posesión y les reiteraba “que aquí como en todas partes me tienen a su disposición y siempre consideraré un elevado honor haber sido durante 35 años consecutivos Secretario de ese Excelentísimo Ayuntamiento”, destacando a continuación la honradez e ideales políticos, de quienes constituían la Corporación los que se estaban sacrificando por administrar los sagrados intereses “de esa hospitalaria ciudad de Alhama de Granada”. Lo que agradeció por unanimidad la Corporación, acordándose que constante un voto gracias para el Señor Ortiz “por el valiosísimo ofrecimiento que hace a esta Corporación”.

 Don Francisco Ortiz accedía al cargo más importante de la plaza de Ceuta a la edad de 68 años, siendo propuesto para el mismo, sin lugar a dudas hubo de ser convencido, pues él podía haber seguido ejerciendo la secretaria general del Ayuntamiento durante algunos años más si lo hubiese deseado, por el gran amigo de su familia que era el ministro Enrique Ramos, nacido en la malagueña población de Algarrobo.

 Para que nos hagamos una idea de la personalidad singular de don Francisco, así como de sus cualidades humanas, profesionales e intelectuales, transcribamos uno de los más importantes testimonios que, por fortuna, se conservan al respecto, como es la acta municipal de la sesión plenaria de la Corporación del 28 de marzo de 1933 en la que, con asistencia de la totalidad de miembros que constituyen la Corporación y bajo la presidencia del entonces alcalde Juan Miguel Pérez Larios, consta textualmente lo siguiente:

  “Se dio cuenta de una solicitud de Don Francisco Ortiz Fernández, pidiendo la jubilación de su cargo de Secretario de este Ayuntamiento, por llevar más de cuarenta años de servicios efectivos. Enterados los señores Concejales, y Resultando que Don Francisco Ortiz Fernández ha desempeñado sin interrupción su destino de Secretario de este Ayuntamiento durante más de treinta y cinco años; cinco años en el de Arenas del Rey y un mes próximamente en el de Ventas de Zafarraya.

 Resultando que ha dado pruebas durante su actuación de competencia y laboriosidad, asistiendo puntualmente a la oficina tanto los días laborables como los festivos, en horas ordinarias y extraordinarias, despachando todos los servicios con exactitud, como se justificó plenamente durante el Directorio Militar, en cuya época no pudo ningún Delegado Gubernativo de los que pasaron por este Municipio imputarle de la menor falta, siendo de notar, en prueba de este aserto, que de los 204 Ayuntamientos de esta provincia sólo diez tenían aprobadas las cuentas generales de fondos municipales, uno de los cuales era Alhama.

 Considerando, que en el orden político y social no tuvo preferencias para ningún partido determinado, concretándose a servir con la mayor fidelidad al Ayuntamiento constituido, sin perjuicio de atender y complacer, gratuitamente a las oposiciones y al vecindario en cuantas peticiones le hacían dentro de la legalidad, y que siempre fue defensor entusiasta de los intereses generales de esta población, demostrando en todos sus actos intachable honradez y probidad. El Ayuntamiento, después de una detenida deliberación, por unanimidad Acuerda:
1º. - Conceder la jubilación con las cuatro quintas partes del sueldo de siete mil pesetas que disfruta en la actualidad, o sea por la cantidad de cinco mil seiscientas pesetas anuales, que percibirá desde el mes de Abril próximo, sin que tenga necesidad de justificar facultativamente su enfermedad, por constar a esta Corporación que padece reumatismo y diabetes, y porque es bastante para estos fines con acreditar documentalmente, como lo hace, que cuenta más de cuarenta años de servicios efectivos.
2º. - Que conste en acta el agradecimiento de esta Corporación por los relevantes méritos contraídos en el desempeño de su importante y difícil cargo, nombrándole Secretario Honorario e Hijo predilecto de esta Noble y leal Ciudad, y expidiéndole el Título correspondiente con una Copia certificada de esta acta para que así pueda acreditarlo.
3º. -Que se remita el expediente a la Dirección General de Administración a los efectos del artículo 46 párrafo 2º del Reglamento de Secretarios de 23 de Agosto de 1924.”


Don Francisco Ortiz en la visita especial a Ceuta del Jalifa de Marruecos

 Desempeñó el cargo de delegado gubernativo de Ceuta, como era de esperar por su sentido de la responsabilidad y la honradez, con ejemplar acierto. Su nieto mayor, mi inolvidable amigo Juan Gómez Ortiz, que siempre lo recordó con especial y sentido afecto, con aquella prodigiosa memoria e inteligencia que siempre le distinguió, en varias ocasiones me narró hechos en los que su abuelo materno dejó buena prueba de sus cualidades intelectuales y caballerosidad, especialmente hacia los más desfavorecidos. Juan jamás olvidó como, niño de pocos años, estando en Ceuta con él pasando una temporada, los propietarios de quioscos de helados o golosinas cercanos a la Delegación del Gobierno, le obsequiaban e, inmediatamente tenia noticia de ello, don Francisco abonaba íntegramente el precio del obsequio, agradecía la deferencia por parte del quiosquero y le rogaba muy seriamente que le cobrasen al chiquillo en todo momento.

 Su condición de republicano y el hecho de haber desempeñado el indicado cargo con la II República, hizo que fuese injusta y mezquinamente tratado en alguna ocasión por el Ayuntamiento franquista de Alhama, exactamente por concretos concejales, ya que el pueblo siguió siempre apreciándole y respetándole como bien se merecía.

 Don Francisco contrajo matrimonio en Arenas del Rey con doña María Ramos Muñoz, hija de los propietarios Francisco Ramos Rodríguez y de Maria del Carmen Muñoz Pérez, la que había nacido en la villa de Arenas del Rey, por lo que fue testigo directo de los terremotos de la noche de Navidad de 1884, lo que quedaría grabado para siempre en su memoria y narraría en tantas ocasiones a su esposo y a sus tres hijos, María, Paquita y Pedro -que con el transcurrir de los años sería uno de los más eminentes psiquiatras del siglo XX a nivel internacional, nacido en Alhama como sus hermanas-, al menos, en un doble sentido: el primero, el de la catástrofe en sí -la población se vino abajo en su práctica totalidad, hasta el punto de que fue construida en otro lugar distinto-, la perdida de familiares, amigos y vecinos, como su tío Manuel Ramos Rodríguez; y, el otro, el sentido de la solidaridad que se produjo para la reconstrucción de todas estas poblaciones y, más en concreto, de Arenas del Rey.

 Estamos seguros que estaría muy orgullosa y lo pondría como ejemplo el hecho de que su tío Pedro Ramos Rodríguez, fue uno de los dos vecinos que, cuando algunos se aprovecharon de la situación para revalorizar sus terrenos que eran necesarios para las nuevas construcciones de barrios y pueblos, ellos los donaron, en este caso para el nuevo Arenas del Rey. Pero esta ya es otra historia de la que ya hablaremos, como justo homenaje a esta familia de Arenas del Rey y a todos aquellos que pusieron muy por encima del egoísmo y el interés propio la solidaridad.

Acto público: Viernes 8 de agosto
Hora: 9 de la noche
Salón de actos del ayuntamiento de Alhama.


Don Francisco Ortiz con el teniente de su seguridad.

     
 

Recuperación y reconocimiento a la figura histórica del
FRANCISCO ORTIZ FERNÁNDEZ
Hijo Adoptivo de la Ciudad de Alhama
y Secretario Honorario de su Excmo. Ayuntamiento, del que fue 35 años Secretario General (1898-1933)

Viernes 8 de agosto
A las 9 de la tarde
Salón de actos del ayuntamiento

"Resultando que ha dado pruebas durante su actuación de competencia y laboriosidad, asistiendo puntualmente a la oficina tanto en los días laborables como en los festivos, en horas ordinarias y extraordinarias, despachando todos los servicios con exactitud, como se justificó plenamente durante el Directorio Militar, en cuya época no pudo ningún delegado Gubernativo de los que pasaron por este Municipio imputarle de la menor falta, siendo de notar, en prueba de este aserto que de los 204 ayuntamientos de esta provincias sólo diez tenían aprobadas las cuentas generales de fondos municipales, uno de los cuales era Alhama.

Considerando que en el orden público y social no tuvo preferencias para ningún partido determinado, concretándose a servir con la mayor fidelidad al ayuntamiento constituido, sin perjuicio de atender y complacer, gratuitamente a las oposiciones y al vecindario en cuantas peticiones le hacinan dentro de la legalidad,, y que siempre fue defensor entusiasta de los intereses generales de esta población, demostrando en todos sus actos intachable honradez y probidad...". Y el Ayuntamiento Pleno, por unanimidad, el 28 de marzo de 1933 acordó, entre otros reconocimientos, otorgarle los indicados.

Orden de Intervenciones

Andrés García Maldonado
Presidente del Patronato de Estudios Alhameños e Hijo Predilecto de Alhama

María Jesús Pérez Ortiz
Nieta del homenajeado, filóloga, catedrática y escritora.

José Fernando Molina López
Alcalde de Alhama de Granada

"FUE UN HOMBRE QUE TRABAJÓ Y LUCHÓ POR ALHAMA, QUE SE ENTREGÓ A ELLA Y A SUS HABITANTES -NUESTROS ABUELOS Y BISABUELOS- Y QUE SUFRIÓ  LA INJUSTICIA Y EL OLVIDO"

Alhama de Granada, agosto de 2014