La abuela de Alhama cumple 100 años



Manuela Castro del Rosal
nació el 14 de diciembre de 1911 en Alhama de Granada donde ha vive desde hace 100 años. Actualmente reside en la residencia de mayores de la Comarca de Alhama, y por ello el pasado miércoles su familia, autoridades y los usuarios de la residencia celebraron una tarde especial en el centro. (En la imagen su hijo, Paco Alférez, le acerca la tarta de cumpleaños )


 Rodeada de sus hijos y familiares
 Y es que Manuela irradia cariño y felicidad por donde pasa, compartiendo sus experiencias con todos los que le rodean.

 Hija de Francisco y Francisca es la segunda de cinco hermanas (Margarita, Ana, Antonia y Josefa), de todos ellos solo vive Manuela. Actualmente tiene tres hijos, siete nietos y ocho biznietos.

 Manuela nos cuenta como su vida siempre ha sido de trabajo, con seis años se fue con su abuela Josefa al convento de las Clarisas de Alhama de Granada a trabajar para ellas. Entonces vivían en una casita dentro del convento y salía a la calle para hacer los recados y en algunas ocasión para jugar en la Calle Enciso al al diábolo, a los “alfileres”, al “piso” (la rayuela), a las bolas y al “santorral”.  Nunca fue a la escuela “solo al Paseo del Cisne a las “Escuelas Dominicales”, donde  “las señoricas” del pueblo nos enseñaban a leer y a escribir.

 Además de trabajar con las monjas Clarisas, también cosía, y es que apenas tenía tiempo para aficiones. Manuela se enamoró de Juan Alférez Moya, eran “vecinos de siempre”, se casaron y tuvieron tres hijos, Manuel, Paco y Juan. Manuela nos cuenta como se veía con su marido antes de casarse “salíamos al fresco y mi madre se quedaba enfrente de nosotros para vigilarme. También nos veíamos estando detrás de la reja de la ventana, pero siempre con mi madre delante”.

 Desde entonces siempre ha trabajado en la casa, en el cuidado de hijos y nietos. Sin duda toda un siglo lleno de vida. Por eso el pasado miércoles 14 de diciembre se reconoció de forma especial los cien años de Manuela, una mujer ejemplar para su familia y a lo largo de su vida, mostrando siempre una gran vitalidad.

 La residencia celebra en el mes de mayo una jornadas donde se homenajea a los mayores de más edad del centro. Este año la homenajeada fue Manuela Castro y Blas Cuenca. Pero coincidiendo que Manuela cumplía el pasado 14 de diciembre nada menos que 100 años. Tanto el Alcalde de Alhama como la residencia tuvieron varios detalles con Manuela, mientras que la familia invitó a una merienda a todos los usuarios del centro y trabajadores.

 Placa conmemorativa que le entrega el director de la residencia, Raúl Gálvez
 Con dos de sus biznietos
 ¡Y que cumpla muchos más!

     
 

La memoria de Manuela Castro del Rosal

1.MI INFANCIA

  Nací el día 14 de diciembre de 1911 en Alhama de Granada. Mi padre se llamaba Francisco y mi madre Francisca. Mis hermanos son Margarita, Antonioa, Ana y Josefa.

 Cuando era pequeña también viví en Alhama. Con seis años me fui al Convento de las Monjas Clarisas a vivir con mi abuela Josefa porque la mujer que trabajaba con ella se puso enferma y allí he crecido. Vivíamos en una casilla dentro del convento y cuando las monjas necesitaban algo tocaban una campanilla que comunicaba con nuestra chimenea para que fuésemos. Las monjas me llamaban cariñosamente “Manolica”.

 Me gustaba jugar en la calle Enciso con otras niñas al diábolo, a los “alfileres” (que llevaba siempre conmigo por si me encartaba), al “piso” (la rayuela), a las bolas y al “santorral”.  Me entretenía con ellos por la calle cuando iba a hacer algún encargo de las monjas.

 No iba de viaje ni de vacaciones a ningún sitio. Como mucho iba al rio a bañarme con mis amigas Tere Pinos, Teresa Naveros y Josefa Molina, que todas eran mayores que yo pero me querían mucho.

 El día de mi Primera Comunión no me vistieron con un vestido de Comunión. Mi madre me puso el vestido más nuevo que tenía y ya está. Como estaba con las monjas allí mismo la hice. Ellas me regalaron estampas y cosas así.

 Mis amigos eran los niños de la Calle Alta y de la Callejuela Padre Cano (en la que yo viví).

2. LA ESCUELA

 Yo no fui a la escuela. Iba al Paseo del Cisne a las “Escuelas Dominicales”. Las “señoricas” del pueblo nos enseñaban a leer y a escribir. Estuve yendo aproximadamente hasta los 15 años porque me gustaba aprender cosas. En mi cama practicaba la lectura porque mi abuela me decía que, de noche, antes de dormirme, era cuando más aprendía.

3. MI ADOLESCENCIA Y JUVENTUD

 Mi trabajo ha sido con las monjas desde que tuve seis años. Allí sacaba los santos de la Iglesia para que las monjas los limpiaran y arreglaran. También me encargaba de hacerles a ellas los recados. Cuando fui más mayor me fui de nuevo a casa de mis padres y estuve cosiendo en casa de Juana Naveros.

 Mi trabajo no me dejaba tener aficiones.

4. MI PAREJA

 El que fue mi marido y yo éramos vecinos de siempre. Él vivía una casa más arriba de donde yo trabajaba cosiendo y estaba deseando llegar a su casa del campo para verme. Él era 15 años mayor que yo. Salíamos al fresco y mi madre se quedaba enfrente de nosotros para vigilarme. También nos veíamos estando yo detrás de la reja y con mi madre delante.

 Nos casamos en la Parroquia. MI vestido era estampado en negro, muy bonito. Nos fuimos a vivir con mis padres. Como regalo de bodas, mi suegra me regaló una máquina de coser.

5. MI MADUREZ

 Me casé y tuve tres hijos: Manuel, Paco y Juan. Desde entonces mi trabajo ha sido en la casa y criando a mis niños.

6. HOY

 Ahora vivo en el Hogar San Jerónimo y aquí estoy muy a gusto porque todo el mundo me mira muy bien y mis hijos vienen a verme todo lo que pueden.