
Con exquisita puntualidad y la Iglesia del Convento de las Clarisas repleta de gente comenzó el Concierto de Navidad, para el disfrute tanto de creyentes como de no creyentes. Para los primeros fue el espíritu de estas fiestas el que presidió el acto. Para los segundos fue el goce estético de oír música popular y clásica en interpretaciones que rozaron la perfección.