Don Pedro Ortiz, alhameño figura de la psiquiatría internacional

Repito, hay que hacerlo, al menos de generación en generación, puede que esta sea la última que me toque a mí, pero nos seguirán, seguro, otros, al menos de década en década, porque los hijos y personas ilustres, que nos dieron lustre y prestigio, nunca deben desaparecer en el olvido.

 Sí, sigue arando ininterrumpidamente sus surcos el tiempo, más tiempos pasados pueden poseer una gracia verde y florida en el espíritu. Pasos acelerados, palabras desparramadas, miradas sin fatiga, allá van los futuros historiadores, filósofos e investigadores, vidas que encanecerán en el aula, en el laboratorio, en un estudio, en su propia biblioteca o despacho. Y de pronto, poniendo una chispa distinta en nuestros ojuelos que brillan intensamente, el recuerdo del sabido, del intelectual, de la persona entregada, la que participó con toda su vida en mejorar el mundo que le tocó vivir, se deja ver, atraída por uno de sus logros, por el recuerdo de quien no desea que se olvide, por el mismo pueblo en el que nació o por el inmenso cariño de un ser querido que, aunque no dejan de pasar uno y otro año, y otro, lo quiere, siente y palpa en esencia espiritual como hace 45 años.

 Sí este es el caso, real e inequívocamente evidente del ilustre alhameño don Pedro Ortiz Ramos, figura de la psiquiatría internacional y de su sobrina María Jesús Pérez Ortiz. Él cumpliría pasado mañana 119 de su venida a esta vida en la luz de esta Alhama que seguiremos unos, y después otros, y otros, y así sucesivamente. Cada vez seremos más conscientes en esto de hacer auténtica y limpia memoria de los que la merecen porque dieron con generosidad toda la suya para que no dejásemos de avanzar.

 

 “En la ciudad de Alhama a las diez del día diez de Julio de mil novecientos tres, ante don Pedro Pérez Benítez, Juez Municipal, y don Francisco Vinuesa, secretario, compareció don Francisco Ortiz Fernández, natural de Cómpeta, vecino de Alhama, domiciliado en la calle Plaza del Mercado, casado, edad treinta y ocho años, secretario de este Ayuntamiento, según cédula personal nº 2570, manifestando en calidad de padre que presentaba un niño que nació en la casa de sus padres el día ocho del actual a las diez, con objeto de que se inscriba en el Registro Civil, declara: Que dicho niño es hijo legítimo del declarante y de su mujer doña María Ramos Muñoz, natural de Arenas del Rey, edad treinta y siete años, dedicada a las ocupaciones propias de su sexo, domiciliada en el de su marido. Que es nieto por línea paterna de don Francisco Ortiz López, natural de Competa, vecino de Ventas de Huelma, y de doña Rosalía Fernández López, natural de Cómpeta, difunta, y por la línea materna de don Francisco Ramos Rodríguez, natural y vecino de Arenas del Rey, y de doña María del Carmen Muñoz Pérez, natural de Agrón, difunta. Y que al expresado niño se le puso por nombre Pedro, Manuel, Pantaleón, Isabelino, Francisco de Paula de la Santísima Trinidad. Todo lo cual presenciaron como testigos José Ruiz Montosa y Antonio Arjona Gómez naturales y vecinos de éste, mayores de edad y artesanos,...”

Don Pedro Ortiz Ramos

 El viernes 8 de Julio, como bien de manifiesto nos expone el texto de la partida de nacimiento transcrita, se cumplen esos 119 años del nacimiento en nuestra ciudad del ilustre médico psiquíatra don Pedro Ortiz Ramos, por lo que hace 19 años se llevaron a cabo en Alhama distintos actos conmemorativos que con este motivo se programaron por Patronato de Estudios Alhameños y Ayuntamiento de la Ciudad, estando también presente Málaga, en la que se desarrolló su vida, siendo sumamente apreciado por sus cualidades profesionales y humanas, recordándose entonces, veintiséis años después de su muerte, hoy cuarenta y cinco, como uno de los más insignes profesionales de la Medicina que, en su vocacional especialidad, ha dejado una huella indeleble.

 Nació don Pedro Ortiz, si las averiguaciones hechas en su momento nos fueron acertadas, en la hoy denominada Carrera de Francisco de Toledo, entonces de La Carrera que se venía a incluir con la Plaza del Mercado, en el primer piso del número 8, casa en la que tuvo por vecino años después, en el segundo piso, al registrador de la Propiedad -aunque alguien opina que fue el juez de Primera Instancia e Instrucción de nuestra comarca don Gregorio Azaña Díaz, hermano de quien con el tiempo sería presidente del Consejo de Ministros, primero, y ,después, de la II República Española, muy amigo del padre de nuestro destacado médico, don Francisco Ortiz Fernández, singular persona y excepcional secretario general del ayuntamiento alhameño durante muchos años, quien cesaría en ese cargo, en plena República, al ser nombrado delegado del Gobierno en Ceuta, donde dio ejemplares muestra de su rectitud humana y política.

 Como el mismo don Pedro recordaba, en Alhama transcurrió su infancia y niñez y buenos años de su juventud, “no olvidando jamás aquellos días que se los pasaba jugando a las bolas o correteando por los paseos de Alhama”.

Vista de Alhama en el año del nacimiento de don Pedro, en 1903

 Pronto se inclina por la Medicina y efectúa sus estudios en la Facultad de Medicina de Granada, poniendo bien de manifiesto su inteligencia y especiales dotes para estos estudios y actividad, obteniendo dieciocho matrículas de honor, el número uno como alumno interno por oposición en la Clínica Médica y el Premio Extraordinario en la Licenciatura.



 Ya en 1927 es médico por oposición del Hospital Civil Provincial de Málaga, con apenas veinticuatro años, con destino al Servicio de Psiquiatría, del que muy pocos años después sería jefe, comenzando a destacar como psiquiatra no tan sólo a nivel de toda la provincia de Málaga, sino en Andalucía y España. 

 En el curso de 1930-31, amplió estudios de Neurología y Psiquiatría en París, con los célebres doctores André Thomas, Guillaen y Toulouse. Años después lo hace también en Alemania, con los eminentes profesores Bumke y von Braunmühl, donde contrasta el sistema de tratamiento de insulina que él ya tenía en práctica en el Servicio del Hospital de Málaga, trayendo a España uno de los primeros aparatos de electroschock, en 1941, y comenzando a estudiar con rigor las ventajas e inconvenientes de éstos.

 Pocos años después, ya en 1947, en el Instituto "Julio Matos" de Lisboa, junto al profesor Barahora Fernández, estudia en profundidad los resultados de la leucotomía. Y así, año tras año son nuevas e importantes visitas de intercambios y estudios en clínicas universitarias y hospitales psiquiátricos de Alemania, Francia, Italia, Suiza, Estados Unidos, etc.

 Todo esto sin cesar en su constante actividad de conferenciante y ponente en multitud de jornadas, seminarios y congresos por toda España y, muy especialmente, en Andalucía y Málaga, donde fue presidente del Ateneo de Ciencias Médicas de Málaga y director de la Revista Médica Malagueña, ingresando como correspondiente en la Real Academia de Medicina de Granada en 1955.

El Paseo de Alhama en los años de infancia, niñez y juventud de don Pedro

 Miembro fundador de la Sociedad Española de Neurología y Psiquiatría, desempeñó numerosos cargos y responsabilidades en relación a su actividad profesional, por lo que fue justamente reconocido, premiado y condecorado con distintos e importantes galardones, siendo elegido presidente de la prestigiosa Sociedad Española de Psiquiatría en Mayo de 1967 y, al año siguiente, miembro del Patronato Nacional de Asistencia Psiquiátrica.

 Con importantes trabajos médico-científicos publicados a lo largo de su fecunda vida profesional, efectuó una larga relación de comunicaciones y memorias en los más importantes congresos nacionales e internacionales de su especialidad médica, siendo reconocido en todo momento tanto por el rigor de sus criterios como por la importancia de sus aportaciones, sabiendo combinar, al mismo tiempo, brillantez con claridad, profundidad con experiencia.

 Cuando en noviembre de 1974 se le ofrece un homenaje en Málaga con proyección nacional, en el acto académico que se le brinda, intervienen los más relevantes catedráticos de Psiquiatría de la Universidad española: Juan José López-Ibor, de la Universidad Complutense; Juan Obiols Vié, de la de Barcelona; Francisco Alonso Fernández, de la de Sevilla; Juan José López-Ibor Aliño, de la de Salamanca; Vicente Gradillas Regodon, por la de Málaga, etc.

 Aunque las circunstancias de su vida profesional le vincularon especialmente a Málaga, como nos recuerda su sobrina, la catedrática de Literatura tan vinculada y querida en Alhama María Jesús Pérez Ortiz -con numerosos trabajos sobre cuestiones alhameñas, “Premio Alhama” e “Invitada de Honor” de la “Velada Alhama, Ciudad de los Romances”, más que una maravillosa oriunda alhameña, su madre, María Ortiz Ramos natural de Alhama, una extraordinaria embajadora especial de estas ciudad y tierra que la que pasó desde su niñez tantos veranos: “Él siempre tuvo cariño hacia Alhama y hacia sus recuerdos de ella. Jamás he olvidado aquellas veces que íbamos allí con él, bien con mis padres o con éstos y unos amigos, y no cesaba de presumir de la belleza natural y artística del pueblo y de los buenos momentos que en él había vivido”, así como jamás olvido a Granada, a la que se desplazaba cada vez que le era posible.

Pila de la Carrera a principios del siglo XX

 Durante muchos años su excepcional enfermera, por sus cualidades humanas y buen hacer profesional, fue también alhameña, Juana Raya, la que, al final de los años cincuenta, sufrió la mortal agresión de un enfermo en su misma consulta, lo que, física y emocionalmente, tanto hizo sufrir a don Pedro. 

 Siempre he dicho que los pueblos deben ser agradecidos con quienes se entregan a ellos con generosidad, pero también con quienes, naciendo en los mismos o vinculándose a éstos, les dan prestigio en su buen hacer en cualquier actividad loable de la vida. Así, don Pedro Ortiz Ramos, eminencia en el ejercicio vocacional y médico de la psiquiatría durante el siglo XX, siempre fue merecedor de nuestro respeto y reconocimiento.

  Por ello, el Patronato de Estudios Alhameños ante el centenario de su nacimiento, en 2003 por unanimidad de su Junta General, consideró que era el momento oportuno de recuperar históricamente para nuestra ciudad en alguna medida esta destacada figura de la Medicina, por lo que propuso al Ayuntamiento, por medio de su alcalde, Francisco Escobedo Valenzuela, el que se llevara a cabo el oportuno programa de actos. Todo ello, tras ponerse en marcha, con el dinamismo, eficacia e inteligencia que caracteriza a su sobrina amada María Jesús Pérez Ortiz, la que un inolvidable día de aquellos últimos días de la anterior primavera , por recomendación de nuestro común amigo el insigne psiquiatra Vicente Gradillas Regodón me pidió visitarme en mi despacho de la Cámara de Comercio para hablar de su tío Pedro y Alhama, y sí hablamos de él y de nuestra Alhama, pero resultó que se produjo una amistad indisoluble entre ambos y nuestras familias que durará mientras vivamos un sólo miembro de cada una de nuestras familias.

Grupo de personalidades en el Ayuntamiento de Málaga, don Pedro en el centro, el indicado con la pequeña flecha

 De este modo, el viernes día 11 de Julio de aquel año, conmemoramos en nuestra ciudad el centenario del nacimiento de don Pedro Ortiz Ramos, con intervención de distintas personalidades que tenían pleno conocimiento de la gran dimensión de la figura de nuestro destacado paisano y con el descubrimiento de una placa en el Paseo de la Carrera de Don Francisco de Toledo, el de su nacimiento, infancia, niñez y juventud, que perpetua a partir de entonces su recuerdo en la ciudad que le vio nacer, aunque es cierto que al estar a pleno sol año tras años es necesario darle algún “pintura especial” a las letras de la misma. Que rezan: 
 “La Ciudad de Alhama/ al insigne médico/ DON PEDRO ORTIZ RAMOS/ eminencia de la Psiquiatría española/ en el centenario de su nacimiento/ 8 de julio de 2003.

 Después, en el salón de actos del Ayuntamiento, bajo la presidencia de Benito Vinuesa Pino, que por imposibilidad insuperable de asistencia del alcalde titular Francisco Escobedo Valenzuela, presidió los actos, se produjeron varias intervenciones: la de quien esto escribe, como presidente del Patronato de Estudios Alhameños; la del también sobrino, médico y periodista, Manuel Gómez Ortiz y la de María Jesús Pérez Ortiz, la lección magistral que pronunció el eminente profesor, discípulo, compañero y amigo de don Pedro el doctor José Espín Montañéz -fallecería a los pocos meses- y, cerrando el acto, igualmente muy bien llevado y brillante, la del alcalde accidental, Benito Vinuesa Pino.

Inauguración de la placa dedicada por Alhama, interviniendo junto al alcalde accidental Benito Vinuesa Pino, los sobrinos de don Pedro Francisco, Manuel y María Jesús

 Sobre todo, para María Jesús, constante, preparada y con una inteligencia nada común, que no hemos sabido de donde ha sacado tiempo para todo, para sus clases, sus conferencias, recitales poéticos, sus libros, sus artículos periódicos -de los que tanto se ha beneficiado esta misma publicación digital de “Alhama Comunicación”- y tantas cosas más, consiguió que la ciudad de Málaga le hiciese justicia dedicándole una calle a su tío Pedro –sumándose a ello decenas y decenas de instituciones y entidades de Málaga, Andalucía y otras Comunidades Autónomas, y todas las entidades apropiadas a ello y ayuntamiento de Alhama- y no cualquier calle, en plena ciudad universitaria y donde se ha ubicado, en Calle Doctor Ortiz Ramos, ni más ni menos que el Pabellón de Gobierno con Paraninfo de la misma Universidad de Málaga, y que fue inaugurada con la presencia de los alcaldes de Málaga, don Francisco de la Torre Prados, y de Alhama, don Francisco Escobedo Valenzuela, los que pronunciaron sendos discursos brillantes y emotivos, como la misma María Jesús, la que también lo haría en el Instituto que se encuentra en el lugar donde estaba la clina de don Pedro en el denominado “Arroyo de los Ángeles”.
 
 Pero es que, además, entre otras cosas, escribió un magnífico libro, publicado en el 2010, por la prestigiosa editorial Grupo Editorial33 bajo el titulo “Dr. Pedro Ortiz Ramos. Aproximación Histórica a su vida y su obra” casi quinientas páginas con prologo del eminente profesor Juan José López Ibor y una Introducción de 21 páginas bajo el titulo “Alhama, paisaje y paisanaje en la forja de un sabio”. Lógicamente, por su rigor y completo contenido, lo que no está reñido jamás en María Jesús con la amenidad, constituyó todo un éxito en todos los órdenes.

Presidencia del acto celebrado en el ayuntamiento bajo la presidencia de Benito Vinuesa e interviniendo el doctor José Espín Montañéz

 Por otro lado, desde entonces hasta ahora, se ha producido la ordenación del amplio y valioso archivo de don Pedro que fue donado a la Universidad de Granada, como él deseaba por ser donde efectuó sus estudios universitarios, y que ha dado, da y dará sus espléndicos frutos con las consultas de científicos, investigadores, profesores y alumnos, dándose el caso que alguna tesis doctoral que en gran medida se ha valido del mismo ha llegado a ser premiada a nivel nacional y, por lo tanto Alhama ha sonado también como tierra de nacimiento del insigne psiquiatra a nivel internacional. 

 Concretamente, hace un poco de tiempo, en el Salón de Grados de la Facultad de Medicina de Málaga, la sobresaliente profesora Cecilia García Díaz, con enorme sabiduría y preparación, presentaba su tesis doctoral bajo la denominación de “El Manicomio Provincial de Málaga en el siglo XX: la utopía que (no) pudo ser”. Las citas y referencias constantes a don Pedro Ortiz son incesantes y todo ello dejando claro la singularidad de la figura científica y humana no estando exentos los recuerdos a su Alhama natal y de años vividos en ella.

 La doctora García Díaz, a la que debo una entrevista desde hace tiempo que espero cumplir, recibió, además del apoyo total de María Jesús Pérez Ortiz, la calificación máxima de “Sobresaliente Cum Laude”, pero es que pocos meses después la tesis sería galardonada como una de las mejores tesis de las realizadas en toda España en aquél año que la presentó.

Portada del magnífico libro dedicado por María Jesús a su tío Pedro, con prólogo de Juan José López Ibor

 Quiero concluir esta “Vuelta al ayer” con las palabras del entrañable amigo, gran persona y eminente psiquiatra don Vicente Gradillas Regodón, quien hizo posible que María Jesús y su familia y la mía nos conociésemos, al principio para hablar de don Pedro y, práctica a la par, para convertirnos, como en afirmado más arriba digo, en entrañables amigos para toda nuestras vidas desde entonces, además don Vicente fue el médico psiquiatra que defendió mi teoría, cuando yo tan sólo tenía 21 años, en mi obra de teatro “La reclamación de Judas”, en junio 1969, tanta polémica levanto en Málaga. Se trata de unas palabras de don Vicente que se incluyeron cerrando la publicación que preparamos con motivo del Homenaje de Alhama al Conmemorar el Centenario del Nacimiento en ella de Don Pedro Ortiz Ramos:
En variados aspectos, don Pedro Ortiz Ramos era una persona de singulares cualidades, tanto como ser humano como profesional de la Medicina y, en concreto, de la Psiquiatría. Recordándonos el don de la sabiduría griega, poseía una innata capacidad para penetrar en el conocimiento interior de las personas, para captar la honda realidad de sentimientos y disposiciones interiores del ser humano.
Esta capacidad de la que hablo sabía utilizarla a favor de sus enfermos transmitiéndoles una gran tranquilidad. Jamás olvidaré cuando, terminados mis estudios de Medicina, presentaba una comunicación a un Congreso de Psiquiatría en Barcelona, con la lógica inquietud por mi parte, y la mesa ante la que tenía que exponerla estaba presidida por él, pronto me infundió esa tranquilidad a la que hago mención con la excelente disposición que sabía hacerlo.
Ejerció la amistad con grandeza y siempre le dio más valor a la dignidad humana que a las ostentaciones personales, así la gente que le rodeaba era humana y sencilla. En este sentido, igualmente, he de manifestar que siempre fue muy bien considerado por las más relevantes personalidades de la Psiquiatría española de su tiempo.
Por todo ello, felicito a Alhama y a cuantos han hecho posible este recuerdo hacia don Pedro. Los pueblos que destacan a sus hijos, cuando ello es justo, se hacen acreedores al respeto de todos.”