Conmigo, no, señor Moreno Bonilla


 A simple vista tiene usted un aspecto normal, rozando en lo anodino porque a simple vista los monstruos no se distinguen del resto de las personas y en lo suyo es usted un monstruo, que es aquella persona dotada de extraordinarias cualidades para ejercer una actividad determinada.

 Supongo que precisamente por eso fue nombrado Secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad con el cometido de cargarse la ley de dependencia por el modo más fácil posible, que es siempre el de cargar los sufrimientos en los más desfavorecidos, que son, lógicamente, los que menos posibilidades tienen de defenderse contra las agresiones. Lo suyo, lo de su partido y su gobierno-madre, el del Señor Rajoy, es el recorte, el copago sanitario y el del partido ONG, esto es que trincan las donaciones y no las declaran a Hacienda, ni falta que les hace, que para eso mandan.

 Y, créame, señor Moreno, que a mí lo que hagan con el dinero que obtenga su partido legal o fraudulentamente me trae sin cuidado, lo que realmente hace que yo no pueda votarle es un asunto de aproximadamente mil millones de euros, que son los que cuando entraron al gobierno costaba pagar la seguridad social de los familiares cuidadores de dependientes, inasumible, según ustedes, con lo cual idearon que el cuidador de un dependiente que quiera cotizar a la seguridad social, que se lo pague él de su bolsillo. Mil millones parecen mucho, pero son bastantes menos de los que costó, el rescate sólo de Bankia que fue de algo más de veintidós mil millones. Podría escribir mucho sobre el sufrimiento de los dependientes y sus familias, pero no voy a hacerlo por respeto hacia ellos y su dignidad, a la dignidad de ellos, no a la suya, señor Moreno.

 Dados estos antecedentes me resulta bastante difícil votarle a usted, incluso en el caso de que pensase que los socialistas ya han gobernado bastante en Andalucía. Incluso aunque se hubiese resuelto ya el megaproceso incoado por SS Mercedes Alaya y los antes imputados, ahora investigados, hubiesen sido encontrados culpables, aún así, no podría votarle porque, sinceramente después de ver cómo actúa su compañera, la señora Cospedal, o el mismo Señor Rajoy, no tengo ninguna razón para confiar en sus promesas, antes bien, puedo suponer, con una alta posibilidad de no equivocarme, que tales promesas valen menos que nada, sobre todo porque ni usted mismo se las cree, señor Moreno Bonilla, porque usted ha sido traído a Andalucía a ver que podía hacer y la verdad es que es bastante poco lo que ha hecho, afortunadamente. Usted sabe que no va a gobernar, y por tanto puede prometer, y promete que “viene a solucionar los problemas de los andaluces” o que “vamos a limpiar Andalucía” ni usted mismo se lo cree, con lo cual es muy difícil que nos lo haga creer a nosotros.

 Por otra parte sé perfectamente como era mi modesto pueblo cuando regresé de la emigración y sé como es ahora, más de treinta años después, y sé que el enorme cambio que he visto, y del que he participado con mi trabajo, es fruto de sucesivos gobiernos tanto autonómicos como municipales en los que, creo recordar, que no participaba su partido. No nos ha hecho falta a los alhameños su presencia para con trabajo, esfuerzo y con fondos llegados de Europa, hacer de un pueblo con calles sin asfaltar, sin centro médico, con graves carencias de todo tipo, convertirse en un pueblo en el cual se tiene mejor calidad de vida. Naturalmente que aún quedan problemas, bastantes de ellos derivados de la gestión de un gobierno local de gente de su partido. Pero para Andalucía no creo que lo mejor sea un gobierno presidido por quien liquidó prácticamente la ley de dependencia, que junto a su ministra, Ana Mato, gastó 175.000 euros en mobiliario y decoración para sus despachos: (http://www.cuartopoder.es/laespumadeldia/2015/03/15/moreno-bonilla-y-mato-gastaron-175-000-euros-en-mobiliario-y-decoracion-en-el-minister) Ya sé que para ustedes eso es el chocolate del loro, pero oiga es que con ese dinerito se puede pagar durante 17 años la pensión media, de unos 700 euros a un jubilado. Como comprenderá todo lo que diga que piensa hacer por nosotros y dados sus antecedentes a mí me resulta bastante increíble, aun aplicándole la suposición de decencia y credibilidad que aplico a toda persona, pero oiga, es que me lo pone complicado.

  De manera que ya le digo que de momento no cuente conmigo para redecorar el Palacio de San Telmo, que antes de que me lo diga usted, ya le digo yo que también nos costó bastante a los andaluces y dejemos las cosas como están porque siempre es posible empeorarlas y dudo que usted tenga ni la voluntad ni la sapiencia para mejorarlas.