¿Es Juan Carlos I un santo?



 No, no voy a hablar de la vida privada de nuestro Jefe de Estado, aunque por el título pudiera parecerlo. La pregunta viene a cuento porque hay quien cree que podría serlo, pero no en sentido figurado sino literalmente.


 Ante la afirmación hecha por un diputado del PP de que es un milagro que la familia real viva con dignidad con sólo 7,75 millones de euros al año y dado que , según tengo entendido, los milagros sólo los hacen los santos, debemos llegar a la conclusión de que efectivamente el cabeza de familia de los Borbones es un santo. En el hipotético caso de que demos como bueno el “milagro” de poder vivir con dignidad con sólo cerca de ocho millones de euros al año, más algún gaje del oficio que siempre cae, y si no cae se busca.

 Yo soy más bien de la opinión de que vivir con dignidad es otra cosa que no tiene nada que ver con cacerías en África y demás aficiones de muy alto coste y sí tiene que ver, por ejemplo, con la austera y sencilla vida del presidente de la República de Uruguay Pepe Mújica.

 Creo que fue Antonio Machado el que dijo que “Todo necio confunde valor y precio”. El precio del sostenimiento de la familia real para este año, ya lo sabemos. Queda por determinar el valor de la misma, es decir, haría falta saber el valor económico que produce al estado español la labor de la familia real o, si lo prefieren, qué aporta a eso que se da en llamar últimamente “la marca España”.

 En lo tocante a milagros o formas milagrosas de afrontar el día a día, estoy convencido de que hay muchas familias reales, quiero decir familias de verdad, que pueden dar lecciones de cómo con ingresos inferiores al salario mínimo interprofesional, 9.034, 20 euros al año en 2013 se vive dignamente casi de milagro, máxime desde que los diputados que piensan en los milagros del rey y su parentela, se olvidan de los milagros del jornal, los que tiene que hacer una familia para vivir de él y recortan todo lo recortable con sumisa obediencia a las recetas de la troika a la que tanto quiero, y que tanto nos debe.

 Tal vez piensen en su beatifica, feliz, visión de la realidad, que realmente el rey obra milagros y que nos basta a los españoles encomendarnos a él con fervor para ver nuestros problemas resueltos; eso explicaría el hecho de que el gobierno en vez de resolver problemas se dedique a lo que se dedica; en el mejor de los casos a no hacer nada y en el peor a empeorar las cosas, que ya van mal de por si.

 Como verá el lector que hasta aquí me haya seguido, no respondo a la pregunta formulada en el título de esta mirada y dejo que sea la iglesia la que se pronuncie al respecto, igual que se pronuncia sobre tantas y tantas cosas que son de este mundo al que Jesús se mostró ajeno ante Pilatos. Dicen.