Las brevas de Esperanza



 Nunca he estado tan de acuerdo con nadie como lo estoy con Doña Esperanza Aguirre en la cuestión de las desapariciones de los subsidios, subvenciones y mamandurrias que engullen los dineros públicos vorazmente, lo último no lo dijo ella, es de mi cosecha.

  Estoy totalmente en contra de los subsidios de desempleo; lo que un trabajador quiere es trabajar para obtener un sueldo digno con el cual atender a sus necesidades y las de su familia, caso de tenerla. El problema es que encontrar un trabajo con un sueldo digno resulta bastante problemático, más aún, desde la última reforma laboral. También se puede dar el caso que de que el trabajador además de una vida decorosa quiera acceder a algún lujo, como la cultura, ya saben, cine, teatro, arte, exposiciones, libros... que, dado que en España está digamos infravalorada, además de con el IVA subido, deberá acogerse a alguna subvención para que las gentes que viven de tales tareas puedan sobrevivir dignamente, que no todos en ese campo son primeros espadas. Si me dejan elegir, que no me dejaran, prefiero subvencionar a una escuela de música, un grupo de teatro o una película que a un señor diputado que vive en Madrid, en su casa, y percibe 1.800 euros de subvención para gastos de vivienda y manutención cada mes.

 Del mismo modo me encantaría que las subvenciones que reciben algunas duquesas de mucha y esclarecida prosapia de los fondos europeos para ayuda agraria, y cuyas cuantías no son fáciles de saber, lógicamente, fuesen a parar a los pueblos en los que las simpáticas y dicharacheras duquesas tienen sus fincas para que los alcaldes y ediles las emplearan en cosas, que seguro que serían de mucho más provecho. O que la ayuda que recibe la iglesia, se dedicara a fines verdaderamente sociales y no a tanto boato y prosopopeya como se gasta el alto clero.

 En cuanto a las brevas a que se refiere la señora Aguirre, me niego a emplear otra vez una palabra tan fea como la que ella usó, estando a mi disposición la palabra breva con el mismo o muy parecido significado, también totalmente de acuerdo: Si toda la gente que cobra un salario más que elevado sin merecerlo renunciara a él, España no estaría en la situación que está. Como los más de 200.000 euros que pide Divar como indemnización por ser ex alto cargo, por ejemplo, breva jugosa que puede que sea legal que cobre, pero dudo mucho que sea ético, O tantas y tantas sinecuras, chollos y momios que son del dominio público en los que se va una parte considerable del presupuesto del estado, por acción o por omisión (rentas a las que no se toca lo más mínimo, economía sumergida que no tributa...)

 No estoy en absoluto en desacuerdo en que los políticos cobren un sueldo decoroso por hacer su trabajo, si solo se dedicasen a la política gente que lo hiciese sin cobrar, solo se dedicarían a esa tarea los ricos por su casa, en una expresión un tanto antigua; en lo que no estoy de acuerdo es en convertir la actividad política no ya en una breva, sino en multitud de brevales.

 En cuanto a Doña Esperanza, en cuanto ella me diga a que ONG dona de sus ingresos todo lo que supere un sueldo digno, que en España está por ley en 641,40 euros, me comprometo, por mi parte a donar a la misma mi indemnización por Juez de Paz íntegramente, además.