Papá estado, crece la familia

Cuando escucho o leo la expresión "papá estado" me viene a la cabeza la imagen de un señor muy puesto y peripuesto sentado en una poltrona muy patriarcal, al que rodean solícitamente su esposa y descendencia.

 No es una expresión que a mí me guste especialmente, ni la de papá a solas ni la de "papá estado". ya que es empleada por sus detractores para referirse al Estado del Bienestar, del cual soy firme partidario y defensor, puesto que creo que la naturaleza, la madre naturaleza es una madre bastante poco atenta y tiende a prodigar sus dones de manera un tanto azarosa y descuidada, de tal suerte que unos nacen con varios panes bajo el brazo y otros faltos desde su nacimiento de lo más básico y elemental, como por ejemplo el agua potable accesible para toda la población. Eso sin contar con que no nacemos iguales en el reparto de talentos, habilidades y otras herramientas necesarias para ir por la vida con alguna comodidad. Nacemos distintos y es labor del Estado dotar a todos de los recursos esenciales: Educación, salud, ayuda a los dependientes y a toda gente a la cual su situación le priva de lo más necesario. Donde el estado no llega o no puede llegar, existen organizaciones no gubernamentales capaces de ayudar a que se hagan realidad sueños como un pozo de agua potable y la instalación eléctrica necesaria para extraer la vida, el futuro y el bienestar, que en este caso es lo que supone el agua. Existen varias organizaciones y como no estoy en contra de la publicidad gratuita voy a aconsejar dos, una bien conocida como UNICEF y otra menos conocida, de aquí mismo, Granada, Bonwe, que es la ONG presidida por Inma Salcedo Robles, que está haciendo posible el acceso al agua potable en Boayase (Ghana).

...a ese padre benefactor que es el Estado del bienestar le estén saliendo nuevos hijos

 Pero en lugares en los cuales el estado y casi todas sus estructuras funcionan medianamente bien, como es el caso de España, creo que es deber de éste el atender a los ciudadanos que lo requieran en sus necesidades más básicas e inmediatas, con lo cual, ya lo sé, me gano una vez más la crítica de quienes desde el lado opuesto defienden la menor intervención posible del estado en las cuestiones económicas, creyentes en las bondades del mercado y del dejar hacer.



 Crean lo que crean, lo cierto es que los últimos acontecimientos (pandemia, crisis, guerra en Ucrania, sequía y toda suerte de problemas están haciendo que a ese padre benefactor que es el Estado del bienestar le estén saliendo nuevos hijos, de suerte que hoy reclaman ayudas incluso los más acérrimos defensores de la libre economía. Incluso bancos y organismos económicos internacionales reconocen que se pueden subir los salarios sin aumentar la inflación, para contento de cuantos hemos estado en contra de la moderación salarial de toda la vida, no por nuestros conocimientos de economía, en economía creo que pasa como en mecánica cuántica que el que dice que la entiende, no la entiende. No, estamos en contra de la moderación salarial porque sabemos que la pobreza genera toda suerte de males, incluidas algunas enfermedades físicas.

No se puede afrontar el futuro con generaciones mal preparadas

 Naturalmente entiendo a la parte contraria, es decir la parte 'pagante', cotizante y con declaraciones a pagar, pero el hecho de entenderla no hace que deje de reclamar que más medios para los profesionales sanitarios y docentes son imprescindibles, si es que queremos que esta madre patria que es España continúe por el camino del crecimiento, la recuperación económica y el pleno empleo, que es lo que queremos todos. No se puede afrontar el futuro con generaciones mal preparadas, o pagando a las que están bien preparadas sueldos por muy por debajo de sus necesidades y aptitudes. No es extraño que sean pocos los médicos formados en España, con una formación de primer nivel, que deseen ejercer aquí, cuando en otros países pueden disfrutar del sueldo, la consideración, el respeto y los medios que aquí, muy especialmente en comunidades gobernadas por quienes denostan a "papá estado, se les niega. Y quien dice médicos dice cualquier profesional de la sanidad pública.

 Lógicamente, para eso hacen falta impuestos, no se pueden bajar impuestos y pretender atender la inversión, que no gasto, que mantener los servicios públicos esenciales, requiere.

 Por eso creo que es una buena noticia que quienes hasta ahora consideraban las ayudas, subvenciones, "paguitas” y en general toda ayuda a gente necesitada como despilfarro empiecen a considerar que nunca hay que decir que de esta agua no beberé, porque nunca se sabe cuándo te va a dar sed.