A mi amigo Juan Jáspez. Maestro



“Hoy podremos mirar con más amplitud y con la experiencia que nos da la vida, el continuo ir y venir de la gente que conocemos y que nos importa”.

 Como la vida es una noria que da muchas vueltas y me ha impedido estar con mi presencia física en tu jubilación, permíteme que haga público lo que te hubiera dicho si hubiese estado allí disfrutando contigo, con AMPA y tus compañeros de este gran día.

 No sé muy bien como comenzar esta carta, son tantos los recuerdos que vienen a mi memoria, que se atropellan.

 Nuestros comienzos en el Colegio de la Joya, (Alhama de Granada), allá por el año 1997 son nuestro primer conocimiento como personas y como maestros. Recuerdo como algo que parece que fue ayer, como esperábamos a la entrada del cole con nuestro común amigo Pepe Sánchez, debajo del níspero vigilante del centro, la llegada del alumnado y de los compañeros para iniciar nuestra jornada laboral y nuestro devenir diario en esta tarea tan digna y gratificante como es la Enseñanza.

 Cuántas veces hemos comentado que el tiempo, según dice un viejo tango, no es nada, que veinte años no son nada decía, jajajaja, nada.

 Un montón de anécdotas, compañeros, recuerdos, buenos momentos y como no algún sinsabor, aunque estos fueran nimios.

 Hoy, que por fin celebras tu merecida y gratificante labor como MAESTRO con tu jubilación, (aunque yo sigo pensando que el ser maestro es algo que no se olvida e imprime carácter).

 Hoy quiero mediante estas palabras reconocer, alabar y darte las gracias por la parte de tu vida, que espero y deseo que sea longeva, que has dedicado a mejorar la sociedad en la que nos ha tocado vivir, y a preservar las tradiciones, usos y costumbres de tu pueblo de hecho y por derecho, aunque también, permíteme que sea algo mío.

 Hoy y ahora, tendremos más tiempo para hablar y disfrutar de otras cosas de la vida, tan importantes como es la familia y los amigos.

 Hoy tendremos oportunidad de saborear con más tranquilidad de tu vino y mis críticas, siempre constructivas sobre él.

 Hoy podremos mirar con más amplitud y con la experiencia que nos da la vida, el continuo ir y venir de la gente que conocemos y que nos importa.

 Hoy tendremos tiempo para hablar de lo divino y de lo humano.

 Hoy seremos aún mas amigos, porque la amistad, significa eso, relación de afecto, simpatía y confianza que se establece entre personas que no son familia, y, porque al trabar amistad en tantos años, nunca habían tenido los dos hombres tanto tema de conversación".

 Hoy, para despedirme, quiero hacer mías las palabras del gran Miguel Hernández en su elegía,

"A las aladas almas de las rosas...
del almendro de nata te requiero:
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero."


Un Abrazo grande de tu amigo Antonio Manuel.