“La educación tiene que recuperar la dimensión humanizadora”
7-julio-2001.- Fernando González Lucini es uno de tantos jiennenses cuya profesión – docente y escritor- le ha convertido en ciudadano del mundo. El jueves visitó Granada para presentar su último libro titulado “La educación como tarea humanizadora”. En el acto presidido por Juan Ruiz Lucena éste justificó la presentación de la obra en la sede del Consejo Escolar de Andalucía por tratarse de un libro dirigido a toda la comunidad escolar y abordar en profundidad y de forma novedosa el tema de las transversales. Por su parte, el filósofo José A. Pérez Tapia, amigo y especialista en Educación en Valores, la definió como “profundamente humanista, fruto maduro de la pasión del autor por la educación”. Venía de Buenos Aires y partía para Madrid pero no escatimó su tiempo para hablar con IDEAL y reflexionar sobre el contenido humanizador de la educación.
- ¿Cómo un maestro de Jaén puede llegar a tener tanto reconocimiento en Hispanoamérica?
Canta Serrat que “a veces la vida te da un beso en la boca” y a mí me lo ha dado porque me ha permitido conectar con personas y centros de otras latitudes. El espíritu andaluz debe haber funcionado porque lo cierto es que yo presumo de ser maestro y de Jaén dado que ello ha influido mucho en mi personalidad, en la capacidad de síntesis y agilidad de comunicación. Proceder de una tierra que ha asumido la interculturalidad y la emigración te facilita unos niveles de comunicación profundos.
- ¿Qué es más difícil presentar a una persona o presentar un libro? ¿A quién va dirigido?
Es más difícil presentar a una persona junto con su libro porque el libro es el resultado de muchas horas de pensamiento. Como Celaya “yo escribo para que me lean”, en especial, los maestros y, por qué no, algunos políticos.
- ¿Cómo se gestó?
Lo escribí en un retiro de cinco meses y es el resultado de más de cuatro años de contacto con profesores de España y América Latina. Considero que este es un tema importante y novedoso planteado ya en la Reforma Educativa pero que no ha terminado de cuajar en la práctica educativa, en especial, en las áreas de Secundaria.
- La educación en valores está en alza, pero ¿saben los docentes hacia dónde van?
La educación en valores siempre ha estado presente en la tarea educativa. En el fondo, lo que la educación tiene que hacer es recuperar la dimensión humanizadora pues es la esencia de la educación, es decir, el desarrollo del humanismo, la potencialidad humana, la globalidad de la persona, etc. Si no hay humanización no hay educación. Y el error estriba en separar por un lado lo conceptual, las áreas, y, por otro, los valores cuando en realidad son inseparables. Los valores son la esencia del acto educativo.
- ¿Qué novedades incorpora en su último libro?
Al trabajar en un proyecto conjunto con países iberoamericanos he tenido la oportunidad de comparar cómo se abordaba este asunto, en especial, en Venezuela y Chile. Así he llegado a un replanteamiento de la educación en valores, no como algo que hay que incluir en el curriculum sino como la esencia misma del curriculum.
- ¿Cómo está estructurado?
Primero hago un análisis sobre los fines de la educación donde se plantea el desarrollo global de la personalidad y la educación en y para la democracia. A partir de ahí realizo una evaluación crítica de la Reforma incidiendo en el proyecto educativo del centro y en la formación del profesorado, para terminar replanteando el concepto de transversalidad. Finalmente incluyo un apartado con la única transversal que merecería la pena incluir como tal pues no está implícita en las áreas, y es, la erradicación la pobreza.
- Según denotan sus palabras y las de su prologuista, Juan Carlos Tedesco, su mensaje es optimista...
Yo tengo una gran esperanza y un gran optimismo respecto al trabajo de los profesores. Creo en el futuro porque creo primero en los maestros y maestras. Lo que ocurre es que antes tenemos que dignificar al profesorado y después profesionalizar al docente, en el sentido de darle recursos para el trabajo. Todo el mundo vuelca en estos profesionales la responsabilidad del futuro y de la humanización, y, sin embargo, son personas poco consideradas no solamente desde el punto de vista económico sino también desde el social. Por eso el libro viaja de la teoría a la práctica para plantear la gran contradicción de nuestro mundo: para todos los países el futuro está en la educación, y, sin embargo, la inversión en la misma suele ser más baja que en armamento.
-¿Las nuevas tecnologías pueden provocar la deshumanización de la educación?
Yo creo que no. Al contrario, son fundamentales para la educación. Abrirte a Internet es abrirte al mundo. Por ejemplo, en el nuevo proyecto que estoy trabajando sobre los derechos del niño he tenido acceso desde el hotel a las Leyes del Menor de toda América Latina en sólo dos tardes. Por ello, estas nuevas tecnologías nos van a dar más tiempo para vivir, vamos a conocer más la realidad y puestas al servicio del Humanismo son tan estupendas como puede ser el descubrimiento de la vacuna contra el Sida para la salud del ser humano.
El autor:
Fernando García Lucini, o simplemente Lucini, como le dicen los amigos, nació en Jaén hace 55 años. De su etapa infantil recuerda a don Nicolás, su maestro, “por su gran humanismo y pasión”. Quizá por él eligió esta profesión para más tarde convertirse en docente en la Escuela de Formación del Profesorado de Madrid. También ha realizado incursiones radiofónicas en Antena 3 y la Cadena Cope, medio que reconoce apasionarle y considera infrautilizado en la escuela. En la actualidad dirige en la Editorial Anaya el proyecto Iberoamericano “Aprender a vivir”. Entre los numerosos premios que tiene en su haber destaca el “Emilia Pardo Bazán” concedido por el MEC.
Su obra:
Ha publicado 13 títulos, o si lo prefieren doce más uno, dedicados a sus dos grandes pasiones: la música y la educación. Por citar algunos: “Veinte años de canción en España” (1980), “Canciones de ida y vuelta” (1988), Educación en Valores (1990) “Sueño luego existo” (1996), Crónica cantada de los silencios rotos (1998), y el presentado el jueves en Granada, “La educación como tarea humanizadora” (2001), en el que reivindica el humanismo en la educación y una sola transversal: la erradicación la pobreza”.