Las “vereas” de las tierras de Agrón, tan cercanas y tan desconocidas



Agrón es un pueblo de la Comarca del Temple y que nos encontramos de paso cuando vamos en dirección a Granada por la que nosotros llamamos “la carretera del Pantano”. En la actualidad cuenta con unos 300 habitantes, donde prácticamente todos sus vecinos viven de la agricultura (el olivar, la almendra el secano) y alguna explotación ganadera.




 Es conocido este pueblo como “la cima del Temple”, por estar situado en una altiplanicie a 1.062 metros de altura sobre el nivel del mar, desde donde se pueden apreciar las tierras llanas de esta comarca granadina y las sierras cercanas de Pera y Sierra Mora, conjuntos montañosos de bajo perfil que separan a esta comarca de la zona de las Sierras de La Almijara.

 El caserío blanco de Agrón, apareció ante nuestros ojos sobre las nueve de la mañana del pasado domingo 11 de Diciembre, día que tendría lugar la última ruta del año 2011 y quinta de nuestra temporada.

 Nos disponíamos a conocer caminando esta zona de nuestra geografía, fronteriza con nuestra Comarca alhameña.

 Tras aparcar los expedicionarios en la calle de las escuelas, al lado de su rectilínea Iglesia, comenzamos nuestra ruta por la que esta señalizada por su ayuntamiento en un cartelón informativo como “la ruta saludable de Agrón”, vamos, como en nuestro pueblo la del “colesterol”, además dicho cartelón después de informar al caminante de su trazado, las distancias y los tiempos, agrega un curioso dato, del cual nos quedamos sorprendidos al leerlo y era el número de calorías que se quemaban al realizarla, ¡hasta donde hemos llegado con la obsesión de tener unos cuerpos perfectos!.

 Una vez informados comenzamos a ¡perder calorías! subiendo desde el pueblo hasta el cerro donde se encuentra la torre vigía de la atalaya, que se puede apreciar desde el pueblo en la dirección en que se oculta el sol distando del mismo unos 5 kilómetros de sencillo y tranquilo camino entre almendros, terrenos de secano recién sembrados y numerosos ejemplares de encinas de buen porte, algunas de ellas centenarias y testigos del bosque que en otros tiempos existía por estos lares.

 La torre de la atalaya es de origen árabe, fiel testigo de la historia de esta zona fronteriza entre las tierras del interior, cercanas a Granada y las del paso natural a Alhama, dando a entender la importancia de estos caminos en aquellas épocas.

 En la parte superior de la misma hay un punto geodésico que marca sobre los 1.170 metros de altura, es de las únicas que aún se conservan por esta zona, posee una primera base circular sobre la que descansa la torre, que es de planta octogonal y construida con mampostería de diferentes grosores y con restos de enfosques de yeso, está declarada como bien de interés cultural con categoría de monumento desde 1949.

 La subida hasta la misma fue bastante incómoda debido al barro que producido por la lluvia de la noche anterior dificultaba el andar en más de un tramo.

 Pasamos junto al caserón de la hacienda de San Rafael, a la que pertenece por estar dentro de esta finca.

 Una vez arriba tuvimos un pequeño descanso, admirando el precioso paisaje que se contempla desde su ubicación, al oeste y sur nuestro Parque Natural y algunos pueblos  concretamente, Játar, Arenas del Rey y el poblado del Pantano de los Bermejales. Hacia el norte Parapanda y las tierras de la Vega de Granada y hacia el oeste el manto blanco de Sierra Nevada, las montañas aledañas a la misma y como no, las sierras cercanas a Agrón, sierra Mora y la Sierra de Pera, a donde teníamos fijado nuestro punto de mira.

 La bajada hasta el cruce de caminos del pozo de la Mora, seguía primero entre una mancha boscosa donde las encinas nos fueron acompañando un buen trecho, al igual que los diferentes olores de los tomillares y las colonias de romero y tras dejar este pequeño bosque donde se haya ubicada la Atalaya, terminando entre tierras de labor y las solitarias encinas, para tomar la dirección del cortijo de la venta del Velao, ya en la carretera de subida del pantano, la A-338.

 Ya por la misma nos aproximábamos a la Hacienda de Don Juan, a unos escasos ochocientos metros por el asfalto.

 En este punto y bajo la imponente encina de más de doscientos años de vida que preside la entrada de la finca descansamos y tomamos fuerzas para proseguir nuestro camino.

 El carril por donde discurría nuestra ruta, atraviesa una zona de monte bajo en un principio, adentrándose poco a poco en el encinar propio de esta zona de la Sierra de Pera, y a unos tres kilómetros de camino antes de comenzar a bajar por la cañada del barranco de Juan Navarro, visitamos las inmediaciones de la fabulosa y lujosa finca del Fatimbullar, lugar que pasó a la historia de los casos de los “pelotazos urbanísticos “del llamado “caso Malaya”.

 El regreso por el barranco de la cañada de Juan Navarro, nos dejo justo en el comienzo del barranco de Sierra de Pera, para seguir el curso del mismo, entre sus laderas de encinas, hasta la “fuente de Agrón”, lugar de regocijo del pueblo donde un pequeño merendero junto a una piscina y un viejo y bien conservado lavadero publico seguro harán las delicias de los veraneantes en los calurosos días de verano en esta tranquila localidad, que junto a sus paisajes y su entorno nos ha dejado un grato recuerdo, para conocerla mejor y por qué no volver a visitar estas tierras en otras futuras rutas, ya lo iremos pensando.

 Ya solo nos quedaba subir al pueblo por la calle del “roaero”, para acceder al centro del pueblo y a los coches para volver a casa y dar por terminadas las rutas del año 2011, tras recorrer 18 kilómetros y cinco horas de camino con sus correspondientes descansos.

 Solo queda ya pensar en la próxima navidad y en la primera ruta del 2012, donde tendremos seguro savia nueva entre los socios/as de nuestro club, a los cuales les damos una calurosa bienvenida.

         
     

Nuestra próxima salida:

 Sin numero: Diferentes puntos geográficos cercanos y lejanos a Alhama/carretera de Granada/bar de Pepe Raya/su salón restaurante/y por la tarde después de comer y ”cascar”, sobre lo divino y lo humano, buscaremos otra ubicación para seguir cambiando impresiones hasta una hora prudente.

Fecha: Domingo 18 de diciembre de 2011.
Hora de llegada al restaurante: Sobre las dos de la tarde.
Hora de salida: Por libre.
Dificultad estimativa de la ruta: Comodísima.
Distancia a recorrer: Depende de lo lejos que vivas del bar de Pepe Raya.
Duración de la misma, (con desplazamientos y descansos incluidos): También por libre.
Nota: Los desplazamientos hasta el restaurante del bar de Pepe Raya, se harán,  según os pille el cuerpo.

Recomendaciones para esta ruta (18/12/2011) :

- Llevar ropa y calzado adecuados para la práctica del compañerismo
- Ni se os ocurra llevar comida y agua, ya os la pondrán.
- Llevar siempre encima vuestra tarjeta federativa, la tarjeta de crédito y la chequera actualizada, es muy importante.
- Se recomienda llevar también siempre en vuestra mochila: toalla y un chubasquero o cortavientos y una “rebequita” para por la tarde, por si refresca.
- Se recomienda llevar unas gafas de sol y alguna crema protectora, en esta ruta, esto es opcional, podéis elegir.

Se ruega estricta puntualidad a la hora de entrada al restaurante, a las dos de la tarde, que no se os olvide.

¡Ah!, y buena entrada de las fiestas, calentamos motores... 

 
         

Imágenes de esta ruta