El kárate femenino en pleno auge



En estos momentos, el auge del kárate femenino está en plena etapa de promoción y evolución. Parece ser que la seguridad ha llevado a la mujer a plantearse la incorporación de lleno dentro de las artes marciales.


 De hecho son muchas las que han conseguido una integración completa en todos los niveles que requiere la práctica del kárate. Domina sus temores y desconfianza, abandona, aunque tímidamente, frustraciones y complejos a la hora de entrar en un dojo o gimnasio. Es cierto, sí, que éste ha sido un deporte masculino durante años (entendido así en Occidente), incluso las competiciones femeninas no han tenido su verdadero auge hasta hace pocos años. Pero asimismo es cierto que nadie ha puesto unas limitaciones reales a la práctica femenina del kárate. A la hora de la verdad, sólo aquellas que se han visto en la dificultad de un enfrentamiento físico, las que entran en un gimnasio para mantenerse, o simplemente a las que atrae todo lo que conlleva las artes marciales, no han dudado en iniciarse.

Las niñas las mejores alumnas

 Aunque el acceso ha sido lento son las niñas las que más numerosamente pueblan los dojos, pertenecen a la categoría infantil y demuestran rápidamente sus facilidades físicas en cuanto a elasticidad y trabajo en equipo. Son las niñas las mejores alumnas: aplicadas en todo momento y sumamente atentas y prontas a demostrar que lo pueden hacer incluso mejor que sus compañeros. Son numerosos los padres que por falta de información evitan que sus hijas practiquen kárate, incluso como actividad extraescolar. Sienten un miedo injustificable por aquello de considerar que va a deformar a la niña. Realmente esa falta de información impide que entre desde pequeña en un mundo que a la larga puede ser beneficioso incluso para ellos mismos ¿Por qué llegar a situaciones límites de inseguridad para la mujer?. Lamentablemente no hay aún una concienciación social hacia la autodefensa.



El kárate sólo para bajar kilos

 Es difícil que la mujer que se halla en la década de los veinte-treinta años entre en un gimnasio sin otro motivo que el de realizar algo de mantenimiento para conservarse en plena forma. Algunas han descubierto el kárate sin otra intención que la de bajar kilos. Existen problemas, todo hay que decirlo, pero el principal de ellos está en la propia mujer y su exagerado sentido del ridículo físico. Se sienten observadas, aunque esto en realidad no corresponda con la realidad. Realmente al preguntar al hombre practicante de kárate, éste nos responde que ante mujeres que se dedican a practicar kárate siendo adultas no cabe señalar sino admiración y voluntad en todo momento. Son ellos los que nos dicen que la mujer gusta siempre del trabajo fuerte y que no se amilanan ante un máximo esfuerzo y rendimiento deportivo. La mujer prefiere en todo caso trabajar con compañeros, y así poder medir la dureza de la aplicación. Ahora que está en alza esa falsa imagen de mujer agresiva es cuando realmente hay que llevarla a cabo, sintiendo en todo momento que no hay obstáculo insalvable, que todo lo que pensemos de ello pertenece a la ilógica que rige muchas veces nuestras propias exigencias. Así cree la mujer que representa un sujeto gracioso que posee poca espiritualidad, aunque su ánimo de trabajo supere al de cualquier alumno masculino. Se siente observada, y ese factor de desconfianza evita la comodidad de unas clases que pudiesen ser disfrutadas en plenitud.

Sentimiento de inferioridad

 Hablemos un poco ahora del sentimiento que todas la mujeres prácticamente de karate aúnan; ese pensamiento que les hace suponer que su trabajo no está lo suficientemente valorado como el de sus compañeros. Principalmente las condiciones y posibilidades físicas son proporcionales al esfuerzo que se les exige y la progresión en el aprendizaje está en el mismo nivel que la masculina; es por ello por lo que las menos conformistas exigen un trato similar en cuanto a dureza de aplicación. De esta forma es la única de considerar su nivel al de cualquier compañero en su misma etapa de aprendizaje. Son muchas, aunque las estadísticas digan que no tantas, las que no se rinden y luchan por que su capacidad técnica y profesional sea reconocida. De hecho, es en realidad la mujer la que respeta en primera instancia la filosofía de las artes marciales: ante todo, busca seguridad y defensa.

 El club deportivo Alhama-Ippon siempre a la vanguardia lleva ofreciendo clases de defensa personal y kárate femenino en cursos durante muchos años, de ay las grandes campeonas que han salido del club María José Peula, Toñi Marquez, Raquel Peula, Thania Mateo, Lidia Martin, Silvia Rivera, Zoraida Nistal, etc.

- Seguimos ofreciendo este servicio ampliado ahora a madres de alumnos y a todas las mujeres de la Comarca que quieran aprender este noble arte de defensa.

     
  Kárate femenino en el gimnasio Alhama-Ippon

Los lunes, miércoles y viernes de 20:00 a 21:00 horas, y con precios especiales sólo para féminas.