Brígida Gallego nos guió por un recorrido de diez siglos de historia



Un recorrido breve, pero muy intenso por nuestro pasado islámico, pasado que a pesar de su importancia sigue siendo un gran desconocido y un acercamiento a personajes como Hafsa Bint al Hayy o Zyriab el inventor, fue la propuesta de Brígida el pasado miércoles 7 de mayo en la Biblioteca de Alhama.


Después del saludo a los presentes por parte del concejal de cultura, la presentación de la novelista, periodista y apasionada de la edad media, corrió a cargo de la directora de la biblioteca de Alhama.

Tras ser presentada, Brígida inició un viaje por vario siglos y lo hizo de una manera vital, entusiasta, poniendo de manifiesto su admiración, no solo por la cultura y las historia, en especial la de Al Ándalus y Granada, sino por la vida, la autora es una enamorada de la vida y logra transmitir con sus palabras ese amor. También transmitió su amor por Alhama y su Balneario que ha visitado varias veces.

Dio comienzo a ese itinerario por el siglo IX con la figura de Abu al-Hasan Ali ibn Nafi, más conocido como Zyriab, “El mirlo”; poeta, gastrónomo, cantante, músico e introductor en Córdoba de los refinamientos de la cultura oriental. A el debemos los cubiertos de metal, las vajillas de cristal y el uso de la seda para vestir, entre otras cosas, como la creación del primer conservatorio o el añadido al laúd de una quinta cuerda, que él llamó la cuerda del alma. Todo un personaje al que Brígida recrea en un libro infantil para interesar en esta figura a los más pequeños.

De la Córdoba del siglo IX a la Granada del siglo XII nos guía Brígida a través del personaje de su novela, “La perla de Granada” nombre que por sus muchas cualidades recibió la poetisa Hafsa Bint al-Hayy, amante de otro poeta de la época Abu Yafar Ibn Said, también poeta nacido en Alcalá la Real y miembro de una de las familias más influyentes de Al Ándalus. Con esta obra, su autora quiere llevar al lector a una forma de vivir medieval e islámica, sociedad en la cual se desenvolvió Hafsa, mujer en una sociedad de hombres en la cual luchó por escribir hermosos poemas, algunos de los cuales recitó Brígida: “Con una palabra te llevas mi angustia”; “No quiero otra cosa que tu amor, fuera de él, no quiero nada”. Pero además de por el tiempo, esta obra nos hace viajar por una Granada anterior a la edificación de la Alhambra y preguntarnos, ¿Qué había antes de la Alhambra?, muchas son las leyendas que circulan acerca de eso, algunas de ella hablan, según Brígida, de un tesoro de los judíos.

Nos invita también la autora a recorrer a través de su novela barrios granadinos como el Realejo, que era el de los judíos, o el Albaicín; pero también a viajar por los reinos cristianos, por Sevilla y Marrakech, capital de un imperio islámico por la época mayor que el romano en su tiempo, el de los Almohades.

Nuevamente en Granada, pero ahora en el siglo XV conocemos la historia de Isabel Solís, de Castilla, de la que era oriunda, Zoraida, Estrella del Alba tras hacer la profesión de fe musulmana. Mujer bellísima enamoró a Muley Hasan rey nazarí y padre de Boabdil. Uno de los pasajes más intensos para los lectores de Alhama es cuando Aixa, mujer de Muley Hasan le comunica la perdida de Alhama, que ella achaca a que en lugar de estar pendiente de los asuntos de gobierno estaba pendiente de los encantos de Zoraida.

Prosiguió la autora presentando un libro infantil en el cual reivindica la figura de Boabdil, del cual dijo que no fue para nada cobarde, fue educado para la guerra y la cultura. Hombre culto, sensible y valiente, prototipo del hombre renacentista comprendió que Granada estaba perdida y decidió entregarla para evitar su destrucción por los cristianos, La famosa frase que se atribuye a Aixa: “Llora como una mujer lo que no supiste defender como hombre”, en realidad parece ser que fue una leyenda inventada por el obispo de Guadix para desprestigiarlo. Vivió una vida tan larga como desgraciada.

Ya el siglo XIX el cuento “Eugenia de Montijo, emperatriz de Francia” invita a los niños a acercarse a la figura de esta mujer, que fue la “duquesa de Alba” de su tiempo. Mujer libre, sin prejuicios y rebelde hizo siempre lo que quiso y ya emperatriz de Francia, apoyó las investigaciones de Luis Pasteur que le llevaron a descubrir la vacuna antirrábica.

Intervención brillante y entusiasta la de Brígida que me lleva a a lamentar el desconocimiento que de nuestro pasado islámico tenemos; de los andalusís, moros, judíos y cristianos, a los que tanto debemos los españoles y europeos actuales.