El CEIP Cervantes colaboró con el Banco de Alimentos



 Este miércoles le ha tocado el turno a los alumnos del CEIP Cervantes de Alhama de Granada, a los que el propio presidente del Banco de Alimentos de Granada, Antonio López Barajas, les ha pedido ayuda.

 ¿Deben los más pequeños de la casa ser conscientes de la crisis ?. ¿Cómo hacerlo?. El Banco de Alimentos, Mercagranada y el Ayuntamiento de la capital aúnan esfuerzos para concienciar a los niños de la necesidad de ser solidarios. De camino, aprenden a comer sano y a relacionarse con los productos frescos de su entono.

 En ocasiones una excursión escolar puede dar múltiples resultados. Una visita a las instalaciones de Mercagranada se convierte en la plataforma perfecta para concienciar a los chavales de un gran número de cosas que necesitan saber y de las que , a buen seguro, serán perfectos embajadores en su entorno más cercano.

 De un sólo plumazo conocen los productos frescos que se cultivan o se pescan en la zona. Entienden conceptos como la globalización, a través de una manzana que viene del otro lado del mundo y comprenden la importancia de haber nacido en un entorno privilegiado, a pesar de la crisis, para después ser capaces de compartir con quienes menos tienen.

 Este miércoles le ha tocado el turno a los alumnos del CEIP Cervantes de Alhama de Granada, a los que el propio presidente del Banco de Alimentos de Granada, Antonio López Barajas, les ha pedido ayuda. Él, y el alcalde, José Torres Hurtado.

 Con ellos se inaugura el nuevo programa de visitas a las instalaciones de Mercagranada que se organizan dentro del curso escolar y por el que el pasado año pasaron 2.500 alumnos. y este año ya están previstos que pasen unos 1.700.

 Porque la única forma posible de arreglar lo que estamos viviendo es crear una cadena cuyos eslabones mas fuertes son en este caso los niños. Y cada uno de esos niños, que pasa por estos programas, se marcha a casa, no sólo sabiendo porqué el pescado azul es distinto del blanco, o como leer la etiqueta de un alimento, sino con la necesidad de llevar al colegio un kilo de lentejas que mañana será el sustento en otra casa, donde habrán otro niño, en esta ocasión menos afortunado.

 Así, de una excursión escolar, de un programa municipal , podrá salir un ciudadano concienciado, conocedor de que hay realidades distintas a la suya, y dispuesto ayudar.

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