La magia de las estrellas



Los niños de cinco años del CP Cervantes volvieron a vivir una tarde noche contemplando y aprendiendo con la “Maga de las estrellas”.



 Hay cosas que sorprenden, nos sorprende la propia luna, nos sorprende el universo, nos sorprende el cosmos en general, pero más de cerca, aquí mismo, nos sorprende la ilusión y el conocimiento que los más peques del colegio tienen de eso tan lejano, pero que para ellos constituye incluso un mundo de fantasía.

 De esta manera, el pasado lunes, 18 de junio, y dentro de las actividades que ya sirven para cerrar el periodo escolar antes del estío, pudimos compartir con los alumnos de cinco años del cole Cervantes, junto a sus familias, la extraordinaria labor llevada a cabo por su seño, Ana María Fernández, una labor que se suma a otras muchas acumuladas por Ana en su método de enseñanza, en la que sorprende gratamente el grado de implicación que a esta edad ya tienen los propios alumnos.

 De esta manera, a partir de las 8 de la tarde ya los chavales, mamás y papás esperaban la llegado de la ‘Maga de las estrellas’ (en años anteriores ha sido el mago), que aterrizaba en este universo infantil para transportar a los niños a esos puntos tan fantásticos de conocer. En esta ocasión la primera cita sería en el propio cole, donde quedamos impresionados por el conocimiento que tienen ya a esa edad de nuestro sistema solar, así como del mundo de las constelaciones y de ese trozo de firmamento infinito que alcanzamos a ver desde nuestra posición terrestre.

 Todos se apresuraban a ser los primeros en comentar las diapositivas que iban apareciendo en la pantalla; los planetas, el sistema solar…, etc., y preguntando cosas para cubrir ese hueco de la curiosidad más temprana, en algunos casos con preguntas sorprendentes.

 Terminada la proyección se trasladarían al campo, ya con la noche, para poder observar con el telescopio eso que tanto les apasiona, y seguir con los comentarios y preguntas propias de su curiosidad.

 Este día la cena familiar fue al aire libre, contemplando, comentando e imaginando todo lo que se puede ver, o puede haber, más allá, que seguro que formaría parte de sus sueños cuando regresaron a la cama pasada la medianoche.