Agricultura pone en marcha una campaña contra la polilla del tomate



El Plan de Manejo Integrado para evitar la propagación de la plaga se erige como la esperanza de los agricultores para salvar los cultivos. La higiene rural es fundamental como acción complementaria


 La tuta absoluta, una polilla que ataca a los cultivos del tomate se ha convertido en uno de los mayores temores de los agricultores. Ante los daños que causa desde hace años, la Consejería de Agricultura y Pesca desarrolla un Plan de Manejo Integrado para establecer un control sobre ella e intentar erradicarla.

 En él se recogen las medidas y recomendaciones para acabar con la plaga, el seguimiento y las inspecciones para el posterior control, así como las ayudas de la Administración para financiar los gastos de la aplicación de estas acciones. Todas estas medidas se complementan con la investigación y su puesta en marcha se ha llevado a cabo con la colaboración de la interprofesional Hortifurta. "La Junta ha firmado acuerdos con distintos laboratorios para intentar obtener un insecto que sea capaz de matar a esa polilla", señaló el delegado de Agricultura y Pesca en Granada, Andrés Ruiz.

 Se ha fijado un protocolo de trabajo encaminado a "que los agricultores no tiren deshechos al campo, como plásticos y matas, que puedan traer infecciones", dijo. En este sentido, Ruiz destacó la importancia de que "el compromiso por parte del agricultor sea una realidad".

 La presencia de la tuta absoluta en la provincia se detectó hace dos campañas y afecta de manera principal a los cultivos de tomates en Zafarraya, Cúllar y la Costa. En este último lugar, a principios del verano se calculaba que un 10% de las fincas estaban afectadas de forma grave y sin un químico específico para su tratamiento. En la actualidad, el delegado apuntó que "el campo está bastante afectado, no sólo en Andalucía, sin también en toda Europa".

 La Junta viene trabajando en este programa contra la polilla del tomate desde 2005 y, en la actualidad, además del tomate, se ha observado que ya afecta a otros cultivos como la patata y la berenjena, actuando como reservorio en este último.

 Para los agricultores que se están planteando cambiar de cultivo para evitar que la tuta absoluta los ataque, Ruiz manda un mensaje de tranquilidad: "Hay que aplicar las medidas, respetar la higiene rural y trabajar en una misma línea para acabar cuanto antes con esta polilla".

 La consejera de Agricultura, Clara Aguilera, anunció el mes pasado en el Parlamento andaluz que a principios de otoño estará publicada la Orden que recoge las recomendaciones y obligaciones para evitar la propagación de la tuta absoluta. Para facilitar la puesta en marcha de estas medidas, la Junta tiene una línea de ayuda que subvenciona hasta el 50% del coste de adquisición de los organismos auxiliares, a través de la cual, el año pasado se concedieron 17 millones de euros para la campaña 2008-2009. Además del apoyo económico, la Junta ha constituido un grupo de trabajo permanente con el sector hortofrutícola para ver la evolución de la plaga a lo largo de la campaña.

 Este insecto tiene tres fases de desarrollo -larva, ninfa y polilla- por lo que es necesario un producto o método de exterminio específico para cada una de ellas. La tuta absoluta, por si fuera poco, ha demostrado también una gran capacidad de resistencia con los productos químicos empleados en las explotaciones agrícolas para mantener a raya las plagas habituales. Por eso el uso de la Nesidicoris tenuis, una especie de chinche que se alimenta de los huevos de este insecto, se plantea como necesario para atajar la plaga en su fase larvaria. Los meses de más calor propios del verano pueden favorecer su desarrollo.

 Otra solución es la alternancia del cultivo, es decir, sustituir la plantación de tomates o patatas por la de otro producto que no sea del gusto del insecto. Incluso la desinfección del terreno puede ser insuficiente por cuanto que la polilla puede llegar de una finca colindante. En este sentido, los técnicos recomiendan hermetizar al máximo los invernaderos para evitar que la tuta entre y se reproduzca.

E. Sancho / F. Lozano