Profesionales del espectáculo de nuestra comarca en la manifestación de Granada para rescatar al maltratado sector



La manifestación, organizada por el movimiento Alerta Roja, se celebró sin ningún incidente y cumpliendo todas las normas de seguridad e higiene.

La cultura clama en las calles de Granada por un plan para rescatar al maltratado sector

Más de 600 profesionales del espectáculo pide la puesta en marcha de medidas económicas para paliar los efectos de la pandemia y un trato igualitario respecto a otros gremios

 La cultura ha sido uno de los sectores más afectados por la pandemia desde su inicio. La actividad se ha paralizado casi por completo desde marzo dejando así a miles de personas en paro y sin sustento hasta el día de hoy. Las artes en vivo (teatro, música y danza) en concreto ha visto reducido su volumen de trabajo y su facturación en España a sólo un 10% de los registros del año pasado en el mismo periodo, lo que se traduce en una pérdida de 660 millones de euros. Tras el confinamiento, los espacios culturales han visto reducidos sus aforos debido a la crisis mientras se llenaban terrazas y aviones.

 Más de 600 profesionales del mundo del espectáculo en Granada salieron ayer a la calle a causa de la situación insostenible del gremio. Entre mascarillas negras y gritos de auxilio ('Nos habéis dejado atrás'), estos trabajadores reivindicaron medidas urgentes ante "el abandono institucional" y "el trato "injusto" hacia el sector. El objetivo de la protesta, cuya celebración tuvo lugar en 27 ciudades más de España, fue "dar visibilidad a la alarmante situación" que viven los trabajadores "al borde del colapso" por la pandemia.



 La manifestación, organizada por el movimiento Alerta Roja, se celebró sin ningún incidente y cumpliendo todas las normas de seguridad e higiene. De hecho, los asistentes debieron registrarse previamente por internet para conseguir su pase (una pulsera). Los interesados en sumarse de forma espontánea a la concentración, que fue desde el Triunfo hasta la explanada de Paseo de Violón, sólo pudieron hacerlo en calles aledañas.

"Sentimos que se nos ha dejado atrás, abandonados. Hay un trato muy diferente entre sectores. No ha habido contagios en ningún espectáculo y eso justifica todavía menos las medidas tan restrictivas que se están teniendo con este gremio", criticó severamente Laura López, portavoz de Alerta Roja en Granada, que cree que no se está teniendo en cuenta las peculiaridades del sector como la temporalidad.
 "Nuestro trabajo es intermitente. Eso hace que no podamos optar a la mayoría de ayudas. Pedimos que, atendiendo a la situación actual, se nos considere un sector especialmente afectado por la crisis como otros que además reciben ayudas por este motivo", señaló. A nivel laboral, según López, "hay un montón de reivindicaciones para trabajadores autónomos, por cuenta ajena y para empresas". "Representamos el 4% del producto interior bruto y generamos 700.000 puestos de trabajo. Somos pequeñas empresas y muy diversas. Profesionales que desde marzo estamos parados, sin acceso a ayudas y pagando impuestos. Esto me parece el colmo de los colmos", reprochó.

 La portavoz de Alerta Roja en Granada habló ayer de las 14 peticiones que proponen desde su movimiento, entre ellas que "se reactiven las agendas culturales a través de las entidades locales fundamentalmente; que se tenga en cuenta que somos un sector vulnerable y la temporalidad; el paro extraordinaria por cese en los autónomos; o que no se hagan devolver los créditos ICO hasta que no hayamos vuelto al 100 por 100 del aforo".

"No hay un motivo real para que haya esta persecución con este sector que podría generar mucha riqueza. La cultura ha sido el alimento del alma estos meses. Todos han leído, han visto películas y ha escuchado música. Hemos sido solidarios. El confinamiento acaba y somos los grandes olvidados. Como si la cultura no fuera una industria", se lamentó López. "A todos nos gusta la música, el teatro y un montón de eventos. Necesitamos de la cultura, pero luego no se nos tienen en cuenta", añadió Ales Furandena, músico y miembro de Alerta Roja.


 Con el paraguas a medio abrir y entre aplausos, muchos de los manifestantes se hicieron oír a golpe de flightcase (contenedor de transporte especial utilizado para embalar y transportar de forma segura todos los instrumentos y equipos musicales). Materiales que llevan sin usarse meses debido al parón en la industria cultural. "He venido con mis compañeros de las salas de conciertos en nombre de la Asociación Estatal de Salas de Música en Directo para reivindicar que nuestros locales son espacios culturales. Llevamos 198 días cerrados y sosteniendo unos gastos que nos están asfixiando (alquiler, seguros, suministros)", se quejó la programadora de la sala Industrial Copera, Silvia M. Ferri. "Necesitamos reconocimiento y un plan de rescate ya. Y que no metan en el mismo saco de ocio nocturno a las salas de conciertos y botellones. Es de locos", señaló. José Gustavo Cabrerizo, dueño de la sala Planta Baja, también asistió a la manifestación.

 Niños Mutantes, Amparanoia y Eskorzo, entre otros bandas, asistieron a la protesta en defensa de la cultura en vivo. "Como banda no hemos podido tocar ni una sola vez. Necesitamos soluciones de cara al futuro. La cultura se está criminalizando, pero luego puedes ir a comprar al centro comercial con 500 personas dentro. Nadie sabe como van a comer nuestros compañeros y nosotros mismos en los próximos meses", advirtió Nani Castañeda, miembro de Niños Mutantes. "Hay miles de personas viviendo de la producción cultural y musical. Estamos muy preocupados. Debe haber una respuesta estatal y pública para sostener a todos esos profesionales y familias. La mayoría somos autónomos. No queremos subvenciones, queremos un soporte mientras logramos salir de esta", pidió Castañeda.



Vuelos llenos, salas de conciertos vacías

 Jaime Cinca, profesor y encargado de comunicación de la Escuela Superior de Imagen y Sonido Curva Polar, también se acercó a la manifestación. "Estamos formando a futuros profesionales del audiovisual y del espectáculo. Si este es el escenario que vamos a dejar a los futuros trabajadores habrá que reivindicar desde la base ciertos derechos que no tienen, en una coyuntura como la de la pandemia la necesidad de ayudas", hizo hincapié. "Ocurren cosas muy contradictorias como que tú puedas coger un vuelo en cualquier aerolínea, esté completamente lleno y te sienten al lado de alguien y luego no puedas ir a una sala de conciertos", reprochó.

 Lola Morillas y Diana Casais, de la orquesta Moliere Show, llegaron desde Jaén para estar en la protesta. "En nuestro gremio no entendemos porque se hacen otro tipo de eventos como los toros y nosotros, que podemos cumplir con las medidas, nos han vetado. Nos sentimos abandonados, marginados, maltratados. Sólo pedimos que nos traten como a otros gremios. No nos dejan trabajar", se quejó Morillas. Al igual que esta profesional, miles de personas esperan una respuesta de la clase política ante el incierto futuro laboral de este sector, cada día más hundido. A las instituciones les toca mover ficha. Ya es hora.