Cuando todo pasa y el gol te acompaña, Izco



 Aprovechando la última jornada en la que la UD Alhameña Futsal se llevó la victoria a domicilio y si esto del balón, cuero o esférico te seduce, hay que hablar de Izco.

  Cada vez el pasado es más lejano, cada vez corre menos, cada vez le pega peor, cada vez salta menos, cada vez se cae más, cada vez manda más, cada vez, cada vez, cada vez, cada vez...los mete como siempre. ¿Algo pasa?, ¿qué pasará?.

 Camino de Baza, un Izco cansado, cerca del sueño en el asiento del copiloto de su coche. Un Izco poco hablador, tranquilo. La mirada clavada el horizonte, observando. La autovía, que años atrás había recorrido cuando vestirse de corto era su profesión. Cierta pereza palpable como la de tener que desplazarse. Me daba la sensación de cansado, como si gotas de sudor representaran agotamiento de fútbol, quemado.

Tres horas, una victoria y dos goles después

 Izco conduciendo, activo, recargado y motivado. La tertulia no tenía descanso en el amplio “izcomóvil”. Analizando las fases del partido, la actitud perdedora tras encajar el 4 a 1 en contra, jugadas destacables, o cualquier suceso relacionado con el partido o de la siguiente jornada. Con el transcurso de los kilómetros llegó la añoranza y alguna anécdota de partidos contra Batipta, el brasileño internacional, ex del Sevilla y Real Madrid, Reyes, Navas, Notario, Darío Silva o cuando estuvo en la despedida de soltero de Joaquín, una de las figuras más destacadas de este Málaga que camina con paso fuerte por la champions league o como decidió encargarse de tirar el gol del ascenso con el Lucena a 2ªB ante la negativa de su entrenador y llevarse una prima por marcarlo.

 El goleador alhameño por enésima vez lo volvió a hacer. Goles y victoria. Ya sea para ascender a 2ºB con el Lucena (lugar que considera su segunda casa y a la que admira como club y filosofía futbolística) para anotar 103 goles en cuatro años con esta entidad o para jugar una liga de verano. Aunque ya no escuche cánticos a su persona por los campos de la categoría de bronce, aunque compita por primera vez en fútbol sala.

 La ambición, las ganas de competir como oxígeno, el amor propio, cada vez que mirándose y sonriendo dice que tiene 28 años, cada entrenamiento, cada calentamiento, cada balón (si viene de pase del aéreo mejor) y un amigo con el que hizo una amistad especial llamado gol es lo que pasa.