Jálogüin, el terror de los borregos

Lo peor de todo este acoso y derribo a nuestra cultura y tradiciones, para sustituirlas con la importación de la peor y estúpida copia yankee, es que vergonzosamente se contribuye a ello desde algunos centros educativos y medios de comunicación.

Un año más, llegamos a esos días tan terroríficos para la inteligencia no materialista humana. Esos días que aquí en España ya llamamos Halloween,(en lo sucesivo Jálogüin), y no el "Día de difuntos".

Ya de por sí, una fiesta en la que los decorados son calabazas agujereadas, esqueletos por todas partes, telerañas de mentira,  personas de todas las edades disfrazadas y vomitando gelatina verde, de asesinos, o con cuchillos de mentira atravesándole la sesera, vampiros (menuda miscelánea), haciendo el indio,  o niños llamando a las puertas haciendo preguntas tontas, no tiene que ser muy aconsejada, si obviamos el único objetivo de la misma: consumismo sin sentido e imposición porque sí, porque son unos días en los que vas a tener más ganas de ir a malgastar a un centro comercial, y porque al ser día festivo te vas a poder emborrachar con la excusa del disfraz de monstruo y hacer un poco el tonto, ante el regocijo de los maquiavélicos responsables de estas "cosas".

Los dueños del mundo actual, que hoy en día no son ni reyes, ni dictadores, ni presidentes democráticos, ni emperdores, nos enseñan a sus borregos mundanos, a rebaño, por lo bajini que en la fiesta de Jálogüin, cada uno puede hacer lo que quiera con su dinero y celebrar las festividades del calendario español como le plazca. Una excusa perfecta para justificar la participación de mucha gente en este bodrio mental, absurdamente consumista, sin pasado ni futuro, y del que no conocemos su origen, sus fines, o simplemente por qué nos lo han metido de una forma tan descarada y a la vez tan disimulada, más si cabe cuando en nuestro país este uno de noviembre ya es festivo por un motivo propio y tradicional.

De un tiempo a esta parte, hemos cambiado nuestras castañas, nuestras nueces y demás productos del tiempo, por calabazas con ojos y velas dentro, disfraces horribles y sumamente horteros, con la única excusa de comprar, comprar y comprar o beber, beber y beber. Y ciertamente, nos da igual, porque días de estos los hay todo el año, pero éste me parece especialmente estúpido.

Y fíjense, que todo está preparado cuidadosamente. Curiosamente, los grandes centros comerciales  de las apretujadas urbes del Imperio, aprovechan esta noche de "borregos", que no de brujas (puesto que brujas salen todas las noches en la tele, no sólo ésta) para colocar las hipnotizantes lucecitas de Navidad, enganchando de esta forma una estupidez con otra, un bodrio con otro, aunque eso sí, no las encienden, digo yo que será debido a la crisis, o a que ya les faltará vergüenza para ello hasta el mes de diciembre. Pero sí, justo después de Jálogüin, 54 días antes de la Nochebuena, las grandes superficies ya nos llaman a voces diciendo que el espíritu de la Navidad ha llegado a nuestros corazones y está llamando a la puerta de nuestras carteras.

Y  ya inmersos en este ambiente de cosas raras, tontas y materialistas, yo propongo que en España también se celebre el Día de Acción de Gracias, muy popular en Estados Unidos y Canadá, y que viene siendo también en noviembre, concretamente el cuarto jueves de noviembre. O también podríamos agregar a nuestro calendario la festividad del 4 de julio, el día grande del Imperio USA; hasta ellos mismos deben sentirse avergonzados de lo mal que les copiamos sus tradiciones. Los centros comerciales, y demás negocios se pondrían las botas, con estos dos días más de fiesta, perfectamente identificados, al igual que Jálogüin con la personalidad
yankee.

Por supuesto que hay que respetar todas las opiniones, incluso las que rayan lo absurdo, pero a mí personalmente no me vale con que me digan que Jálogüin es una fiesta más del año, que lo de los disfraces es sólo una excusa, porque si fuese así, la estaríamos comparando  y poniendo a la misma altura que el Carnaval, la Candelaria, las ferias, Romería…y por ahí sí es verdad que no paso, a no ser que en lo sucesivo los dueños del mundo me absorban por completo.