¿Gamberros, delincuentes… o de todo un poco?

 Empezamos con las rajadas de ruedas, continuamos con los robos, y ahora las pintadas y destrozos en el municipio. La falta de vigilancia y que no se tomen medidas contra los autores de estas acciones hacen que sigan proliferando estos actos.

 

  Parece vergonzoso que en un pueblo como Alhama haya tan poca seguridad después de todos los incidentes que llevan ocurriendo desde hace un tiempo. En otras localidades la Policía Local está a disposición las 24 horas, ¿el hecho de que Alhama sea una ciudad pequeña debe de prescindir de estos servicios?.

 Las pasada noche del viernes 17 de enero, unos jóvenes (y decimos lo de “jóvenes” porque hay quien los vio correr en la penumbra al ir a tirar la basura) pintaron las puertas de unas viviendas, localizadas en las calles Enciso y Alta, y no es el primer incidente que les ha ocurrido, llevan alrededor de un año aguantando los sonidos de los petardos que tiran en su propia puerta, disparos a las persianas con escopetas de plomos, con el peligro que supone darle en la cara o en un ojo a alguien  a través de la ventana, y el abuso del uso del timbre de la vivienda en horas nocturnas, molestando así a los propietarios de la casa, los cuales son personas de edad avanzada y enfermas. Una de las hijas que vive con uno de los propietarios, les pidió por favor a los jóvenes que dejarán de molestar porque en la casa viven personas que necesitan descansar, pero éstos continúan con su vandalismo y sin que nada ni nadie con autoridad tome cartas en el asunto y de una vez por todas se persigan estos actos, y así continuamos con las gamberradas, los intentos de robos, pintadas, tirada de contenedores, robos y roturas de cabinas telefónicas, destrozos de barandas y mobiliario urbano, etc.

 En algunos de estas acciones vandálicas los vecinos que tienen la sospecha de un grupo de adolescentes, menores de edad, que se organizan para estos actos, e incluso se reúnen algún día de la semana para decidir los objetivos, tienen que estar vigilantes por si vuelven a molestarlos, robar o dañar su propiedad, algunos de los afectados ha presentado la correspondiente denuncia pero ahí acaba la cosa. Ninguna autoridad, que se sepa, sabe nada al respecto.

 Capítulo aparte, aunque no menos importante, es la dejación de poder hacer cada uno lo que le venga en gana es el tránsito de ciclomotores y quart por la calle Enciso, la carretera de Loja y la carretera Granada, entre otras, ya que pasan a gran velocidad poniendo en peligro la seguridad de los ciudadanos y causando  molestias y contaminación acústica.

 Así estamos.

 En las imágenes dos de las viviendas afectadas, una de ellas ya ha lijado la pintada, pero ahora tendrá que volver a barnizar.