Balnearios andaluces: titularidad pública, titularidad privada



La Junta negocia la titularidad de las aguas termales para crear más balnearios
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19/06/2005
.- Según Terra Actualidad mucho antes de que los hoteles reinventasen y pusieran de moda los cotizados 'spa', balnearios espectaculares cuya traducción literal es 'salus per aquam' -salud por medio del agua-, los primeros pobladores de la provincia ya se habían percatado de que los animales enfermos que bebían o se remojaban en algunos manantiales terminaban sanando. Así que empezaron a imitarlos cuando les entraban achaques.

 Esos manantiales son hoy termas, balnearios, piscinas naturales o posas muy cotizados dentro del turismo de calidad, donde cada vez acude más gente para ahogar el estrés cuando lo que quema no es el agua, sino más bien los nervios. Muy cerca tiene que estar del 'agua bendita' cuando estas viejas termas romanas aglutinan cada año a 250.000 españoles; todavía muy lejos de los 14 millones de viajeros que se concentran en los balnearios de la antigua URSS.

En Alhama 100 litros de agua termal

El 35% de las aguas termales de Andalucía están repartidas por la provincia de Granada. En todas las comarcas hay algún referente: Alhama, Atarfe, La Malahá, Lanjarón, Cortes y Graena, Alicún de las Torres o Zújar. Pero la mayoría de este potencial se desaprovecha, como si se dejase el grifo abierto permanentemente. Un ejemplo práctico sirve para comprender la riqueza de los recursos. Por las bocas de los dos manantiales de Alhama salen cada segundo 100 litros de agua caliente. Algunos de los balnearios más afamados de los Pirineos apenas alcanzan los cinco litros. Cada segundo se pierden muchas oportunidades.

Varias delegaciones de la Junta trabajan en un proyecto global para sacar tajada a las aguas termales. El primer escollo será la titularidad. Aunque la inmensa mayoría son públicas, también hay algunas concesiones y muchos balnearios privados. Basta con hacer un poco de memoria y recordar la 'Plataforma por el agua caliente de Alhama', una reivindicación masiva por los cortes de agua en las posas donde a diario los vecinos acudían a bañarse.
Cuando se solucione por convenio la titularidad de las aguas -por Estatuto es una competencia de la Junta- el segundo paso que plantea la delegación de Turismo es una especie de 'plan renove' de los balnearios, muchos de época árabe o romana. Por este motivo histórico, también algunos están protegidos como Bien de Interés Cultural (BIC).
En mal estado está el balneario de La Malahá, tapado con un forjado. El de Cortes y Graena está pendiente de la última fase, financiada por el Gobierno central. Según comenta la delegada de Turismo, Sandra García, la Junta va a recuperar el antaño famoso balneario de Zújar, hoy sumergido bajo el pantano del Negratín. También se creará un segundo balneario en la Alpujarra, además del de Lanjarón. Será en el pequeño municipio de Cástaras.

En definitiva, superados todos los pasos, el proyecto consiste en montar una red de 'villas termales', donde pueden entrar más de una decena de municipios. Un turismo que rompe la estacionalidad y que funciona durante todo el año. «Hay un filón importante cada vez más demandado», explica García. Los municipios tienen que creérselo. La delegación de Turismo está en conversiones con la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y también pretende implicar a los ayuntamientos.

El modelo a seguir es el que existe en el norte de España o el que lleva años funcionando en Francia o Alemania. En estos países hay villas termales especializadas, algunas enfocadas al termalismo infantil, auténticas residencias donde los chicos entre 3 y 17 años se someten a una cura integral de 21 días.