Fernando Álvarez Cubo, se une al grupo de cintos negros en la comarca Alhama-Temple

Fernando es comedido, perfeccionista y noble.  Participando desde muy pequeño en las competiciones federadas, ha conseguido numerosos trofeos, de los que ha disfrutado su madre padre y hermano, así como demás familia compañeros y amigos.

 Club Alhama-Ippon | ALHAMA 

 Debido a la repentina pérdida paterna ha tenido que hacerse más fuerte, su padre estaría muy orgulloso de este avance ya que era un fiel seguidor del karate y de su retoño, desde donde este, tendrá esa característica sonrisa que le acompañaba y que tiene un gran heredero en su hijo Fernando.

 Como cualquier otro alumno del club Ippon, ha gozado del cariño, apoyo y celebración de sus éxitos, con la consecución del cinto negro acaba una etapa, y entra a formar parte de la élite del karate alhameño.

 Fernando es comedido, perfeccionista y noble.

“Tu sensei te guiara en tu camino, pero no puede andarlo por ti, te explicara la ejecución de las técnicas, pero eres tu quien debe realizarlas”

 Ser cinto negro es el primer escalón en un entrenamiento asiduo, de un disciplinado compromiso y del aprendizaje constante de una serie de técnicas, para ganar en confianza conseguir control de las mismas y ser consciente por encima de todo de la importancia del respeto, la humildad y la justicia.

 La amplia difusión de la que ha disfrutado el karate gracias al cine ha tenido una parte positiva y otra negativa. Si, por un lado, ha alcanzado una inmensa popularidad, por el otro se ha visto perjudicado por una imagen totalmente distorsionada. La mayoría de la gente, cuando se imagina un entrenamiento de karate piensa en un grupo de jóvenes intercambiándose tortazos con cierta técnica, eso sí, levantando la pierna bien alto mientras profieren gritos salvajes. Nada más lejos de la realidad…

 El karate alhameño cuenta con numerosos colaboradores y sponsors entre ellos la concejalía de deportes del ayuntamiento de Alhama de Granada.

La evolución de Fernando