Y el viejo río, reptando entre zarzales, acompaña sus trinos con su eterna canción.
Está la noche
Está la noche ahíta de fragancias. Abrió sus flores el humilde dondiego. Y la dama de noche, que ya se engalanó. Flota en el aire el olor a verano, a parvas en las eras y a jazmines en flor.
Está la noche envuelta en melodías. Allá a lo lejos, entre el verdor de un chopo, lanza al viento sus quejas un triste ruiseñor. Y el viejo río, reptando entre zarzales, acompaña sus trinos con su eterna canción.
Está la noche como inmersa en misterio, blanca de luna, ahíta de fragancias, envuelta en melodías. Está la noche embriagada de amor.