Yo puedo aguantar vuestras risas

La otra mirada

Reconozco que soy ingenuo por creer en que es posible un mundo mejor.

 Pero no tanto como para creer que todo el mundo es bueno, ni por supuesto, para pensar que todos deben comulgar con mis ideas, locuras, sueños y delirios.

 Ocurre que acabo de echar un vistazo a mi situación económica y he llegado a la conclusión de que puedo resistir bastante vuestras risas y vuestro desprecio. Tengo medios materiales, patrimoniales y económicos suficientes para aguantar cómodamente, rodeado de mis libros, mi música y, lo más importante de mi familia y de algunos buenos amigos, algunos no comparten mis ideas, por cierto. Y con la seguridad que da no depender del arbitrio caprichoso de un posible empleador, si no de mi pensión, puedo, desde esa libertad económica, dedicarme a opinar libremente sobre lo que me apetezca. Y vosotros, por supuesto sois libres de reíros de mí, recordarme que hacen falta empresas (https://www.alhama.com/digital/myblog/otra-mirada/5307-emprendedores-la-economia-real)
y todo lo que se os ocurra. Aquí estoy yo para dar la carra.

 Pero como aún recuerdo cuando obtener un contrato temporal de meses, o de días, era una fiesta para mí, aún recuerdo, o tal vez nunca lo he olvidado, que el trabajo en España no supone alejamiento de la pobreza para mucha gente que, a pesar de trabajar sigue siendo pobre, aún recuerdo la depauperación de la clase media, a la que no pertenezco, por cierto, que no es fruto de los errores del gobierno actual si no de la crisis del 2008, y las anteriores y sus soluciones en forma de recortes y derribo del estado del bienestar. Como recuerdo todo eso os pido que os carcajeéis de mí libremente, pero que respetéis, y mucho, a toda la gente que o es pobre o es rematadamente pobre, Como sé que os manejáis bien en internet buscad vosotros en Google “pobreza en España”.

 Decidle a toda esa gente que una renta mínima de supervivencia es un lujo que no nos podemos permitir, o que eso alienta a los vagos a no trabajar. Decidles que creer en un estado de bienestar sólido, con una sanidad pública, educación pública, ayudas a quien lo necesite para salir del agujero, unos cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y Ejercito capaces de hacer su labor, incluso en la paz, es algo propio de socialcomunistas y que, con el libre comercio, la ley de la oferta y la demanda y unas buenas compañías de seguridad privadas ya nos va bien.

 Y, por cierto, que no se me olvide. No es el gobierno el que no es capaz de abastecer de mascarillas y EPI’s a quien lo necesita. Es el mercado, la ley de la oferta y la demanda, que antes he mencionado, el que no ha sabido ver, como nadie, lo que se avecinaba y no ha reaccionado.

 O si ha reaccionado ha sido olvidando el egoísmo y transformando sus empresas para confeccionar EPI’s, en algunos casos como una empresaria de mi pueblo, Rosa Peula que de hacer vestidos de flamenca ha pasado a hacer EPI’s de forma altruista con la colaboración de decenas de costureras coordinadas por Marchando por Alhama.

 Un cordial saludo para todos cuantos me leen, para los que comparten mis opiniones y para los que no, porque a fin de cuentas en eso consiste la democracia, en respetar a todas las personas y discutir todas las ideas, desde el respeto, la tolerancia y las buenas formas mutuas.