Pasó la noche la luna / afanada en su trabajo, / acompañando tristezas / y citas de enamorados. Trasnochó la luna
Callad, no se despierte, hablad más bajo. Duerme ahora la luna, ha trasnochado.
Veló toda la noche sobre los montes, sobre largos caminos y verdes prados. Alumbró los senderos al peregrino, los blancos rastrojales para el ganado.
Pasó la noche la luna afanada en su trabajo, acompañando tristezas y citas de enamorados. Llantos de niños insomnes y pendencias de borrachos. Rondas al pie de un balcón y algunos besos robados.
Callad, no se despierte la compañera de tristes soledades y alegres fiestas; de amores prohibidos y de reyertas. Del que vigila atento la noche entera el pez de trigo limpio sobre la era.
Blanca esperanza de la madre que vela, del caminante y del que amores sueña. Y de esa pequeñita que llora y reza sobre podridas tablas de una patera.
Callad, no se despierte la luna blanca. Trasnochó hasta muy tarde, ahora descansa.