Quiero escuchar con los ojos cerrados aquella antigua nana.
En estos días grises
En estos días grises de nubes y de ausencias, cuando el alma se encoge deshecha de dolor; en estos días tristes busco tu mano amiga, busco tus ojos claros y el cálido y suave arrullo de tu voz.
Quiero escuchar con los ojos cerrados aquella antigua nana. Quiero dormir feliz entre tus brazos al son de tu canción. Quiero soñar que el momento es eterno, que no existe el mañana. Quiero sentir que tus brazos me estrechan contra tu corazón.
Pero tú ya no estás, te fuiste tan temprano… Te llevaste tus nanas, los besos, las caricias y el calor envolvente de tus dulces abrazos.
¡Cuánto tiempo sin ti, Dios mío, cuántos años! Y aún te echo de menos, aún cada día te extraño. Pero, cuando mi barca cruce hasta la otra orilla, yo sé que una vez más volveré a oír tu canto. Y, al volver a escucharte, me dormiré tranquilo, acurrucado, madre, feliz en tu regazo.