Recuerdo en el silencio de la noche / acordes de guitarra / y alegres melodías / de un viejo violín.
Recuerdo a veces
Recuerdo a veces, nostalgia de estas fechas, aquel olor dulzón a mantecados y a roscos recién hechos en el horno de leña. También recuerdo el olor por las calles a matanza, a embutidos caseros, a cebolla y especias. Olores ancestrales de otros tiempos que fugaces pasaron, aromas de mi tierra.
Recuerdo el “nochebueno” de la lumbre, la cena con natillas y la misa del gallo. Acudíamos toda la familia, besábamos al Niño entre cuerdas y cantos.
Recuerdo en el silencio de la noche acordes de guitarra y alegres melodías de un viejo violín. Y caras sonrientes y ojos soñolientos que insisten con los dulces y turrones y la copa de anís.
Recuerdo la ilusión incontrolada vencida por el sueño en la noche de Reyes. Dejaban sus regalos, muy sencillos y pobres casi siempre: algunos caramelos; a veces, algún libro; muy pocas, un juguete.
Melodías que rezan, aromas que me embriagan, un Dios niño que nace en un pobre portal. Recuerdos de unos tiempos ya lejanos, soñados o vividos, que nunca volverán. Recuerdos de ilusiones e inocencia: era la Navidad.