El efímero espectáculo de la surgencia de la cueva de Linarejo

Játar



La surgencia de Linarejos es uno de los espectáculos con los que la Madre Naturaleza siempre nos soprenderá. En estos días, mientras las lluvias ocasionan daños profundos en pueblos, campos y vías de comunicación, en las proximidades de Játar se repite este fenómeno al que hay que estar muy atento para poder disfrutarlo. Sólo se produce con las intensas lluvias y su duración es efímera, salvo como en estas jornadas, cuando las precipitaciones han sido muy abundantes.


Imagen superior: Impresionante salida del agua del interior de la cueva de Linarejo.


Imagen de Miguel Valverde, en que Varias personas contemplan la surgencia en el interior de la cueva.

 La recién inaugurada ruta micológica de Játar, pasa junto a esta gruta que en otras épocas del año se nos antoja vulgar por su escasa profundidad y sin ningún otro aliciente en su entorno. Sin embargo, las últimas lluvias han vuelto a despertarla y como volcán en erupción expulsa de su interior en lugar de lava miles de litros agua lechosa que baja brava hasta el barranco cercano. Cuentan los vecinos de Játar, de la que apenas dista dos kilómetros, que, antes de que ello ocurra, se escucha un tremendo estruendo que se puede escuchar en toda la comarca de Alhama.

Fue en la mañana del miércoles, 23 de diciembre, cuando se repitió el espectáculo y desde entonces una procesión de gente no cesa de acercarse para disfrutar de este espectáculo natural. Ello pese a que el carril desde el polígono agroganadero de Játar se ha roto y hay que realizar el tramo a pie. Según algunos jatareños han sido más de 500 litros los que han caído en las últimas jornadas lo que ha prolongado y aún prolongará la cascada.

En su libro “Exploraciones bajo el desierto de piedra. Alhama de Granada y Arenas del Rey” (2009) el Grupo de Espeleólogos Granadinos (GEG) le dedica varias páginas pues ha estudiado a fondo esta “importantísima surgencia granadina” cuya boca se abre a una altitud sobre el nivel del mar de 1035 metros a la que se llega tras dejar atrás la población de Játar y recorrer una distancia de unos 2.200 m. Las aguas de esta surgencia se vierten al río Añales, que embravecido ha cortado la carretera que une las poblaciones de Arenas del Rey y Játar, ya muy cerca de la entrega de sus aguas al embalse de los Bermejales. “Las primeras referencias sobre intentos de exploración de esta cavidad datan de los años 60, miembros del desaparecido Grupo 4P de

Granada, al parecer logran superar el sifón a pulmón libre, desconociéndose si exploran la totalidad de la cavidad”, señalan los espeleólogos Andrés Santaella y Manuel J. González Ríos. Exploraciones que se repitieron en la década de los 70 y en los 90 por parte de los grupos granadinos GAEM de Motril y GEM de Maracena que realizan la primera topografía hasta alcanzar el nivel del sifón.



Topografiada

Sería el 31 de agosto de 2002 cuando el GEG acomete la exploración integral para lo que contaron con la colaboración de dos compañeros espeleobuceadores, José Manuel González y Jafet Segura, que franquearían el sifón y topografiarían el resto de la cavidad. Regresarían varias semanas después con el objeto de hacer descender el nivel del agua del sifón de entrada y ampliar una gatera por encima del mismo que facilitaría el paso sin necesidad de bucear y posibilitó la exploración completa. El misterio de la cueva de Linarejos queda al descubierto: “Cuando la surgencia entra en carga, después del sonoro estampido, el agua sale por toda la zona de bloques y aún por la boca en impetuoso torrente, por haberse colmatado todas las cavidades internas de la cueva”.

Más adelante señalan que “las dimensiones oscilan entre uno y tres metros de ancho y alto. En general carece de formaciones salvo algunos discretos espeleotemas en las zonas más amplias, predominando las formas derivadas de la fuerte erosión del río y bloques sueltos sin cementar”. También comentan la notable la niebla que se produce al moverse el empapado visitante, debido la baja circulación gaseosa de la cavidad, que dificulta enormemente el obtener fotografías de la zona del río. En concreto, llegaron a tipografiar 134 metros de desarrollo total con un desnivel en el fondo del sifón de 11 metros. Mientras las aguas corren ruidosamente por la ladera pensamos en las escasas ocasiones que se repite. Las veces anteriores que tenemos constatadas a finales de diciembre de 2000 y en abril de 2008, según nos comentaba el jatareño, Adolfo Bastida.

Localización

Salida a 2 Km de Játar por un camino asfaltado que nos deja al pie de una de las naves de ganado donde comienza el sendero del Lucero. Caminando unos 10 minutos llegamos a la vereda por encima del cortijo Linarejos y nacimiento del río Añales donde se localiza la curiosa surgencia.

Vídeo de esta salida (Dura 1m. 8s.)