El deseo navideño de un vilcheño viaja en globo hasta Arenas del Rey

Arenas del Rey

El punto de partida se inició con la suelta masiva de globos de los niños de Infantil y Primaria del colegio Nuestra Señora del Castillo.

Esta aventura la publicaba el diario IDEAL (edición Jaén) el pasado 30 de diciembre de 2017 (pg.46), una historia ‘por todo alto’ para cambiar de año.

 Hemos visto y oído encuentros de mensajes dentro de una botella que han sido localizados en municipios costeros a centenares o miles de kilómetros de donde fueron lanzados o depositados, incluso después de haber atravesado mares u océanos. En estas fiestas, una concatenación de casualidades ha permitido que el espíritu de la Navidad, su sentido solidario, salga a relucir a través de un viaje en globo de más de 200 kilómetros.

 El punto de partida se inició con una suelta masiva de globos efectuada por los niños de Infantil y Primaria del colegio Nuestra Señora del Castillo con motivo de la llegada de las fiestas navideñas. Los escolares habían introducido en cada globo un mensaje de amistad y buenos deseos entre los que se dejaban ver 'Pasa estos días con mucha paz', 'Sé muy cariñoso con tus abuelitos', 'Vive feliz las vacaciones', 'No te atragantes con las uvas', o 'No le pidas a los Reyes juguetes de guerra».


 Favorecido por las corrientes de aire, uno de los globos llegó a Arenas del Rey, localidad situada en la parte centro sur de la comarca de Alhama, en la provincia de Granada. A Ana, una chica arenisca que paseaba por el pueblo, le llamó la atención un globo pinchado que parecía contener un mensaje en su interior. Movida por la lógica curiosidad lo extrajo y, tras comprobar que no aparecía firma alguna salvo la doble referencia 'Vilches' y '1º A', pudo leer: 'Deseo que los niños no se enfaden y sean felices'. La joven se dejó atrapar por la ingenuidad del escrito en el contexto del espíritu navideño y en la mañana del viernes 29 se puso en contacto con el Ayuntamiento condatense para comunicar el feliz hallazgo. En la Casa Consistorial se acogió con alegría la noticia y se invitó a la chica a visitar el pueblo, porque, quién sabe si, parafraseando la célebre frase de una inolvidable película, «este puede ser el principio de una gran amistad».

J, A. GARCÍA-MÁRQUEZ