Un baño árabe para dormir la olla jameña

Turismo



El diario El País, en su suplemente 'El viajero', dedicaba el jueves 11 de noviembre un artículo a la zona geográdica del poniente de Granada, en ella recoge los encantos de Alhama, de la que hace gala en el titular. (Imagen con la que El País ilustraba la noticia en portada)


VAMOS A..
Un baño árabe para dormir la olla jameña

 El Poniente de Granada, última frontera de Al-Andalus, muestra una atractiva vertiente rural de la provincia andaluza: naturaleza, balnearios con estilo y gastronomía D.O.

 El inagotable atractivo de Granada se fundamenta, principalmente, en la magia de la Alhambra, el tapeo entre sus callejuelas de amplia oferta cultural y en las nevadas cumbres de Sierra Nevada. Pero hay una vertiente más desconocida hacia poniente que regala historia y prehistoria, naturaleza, aguas terapéuticas y gastronomía de exquisita firma (y calidad demostrada) a quien se adentra hacia el entorno rural que viste el oeste de esta provincia andaluza. Bienvenidos al Poniente de Granada.

El último reino de Al-Andalus

 Recorrer las empedradas calles de Alhama de Granada garantiza un tranquilo paseo en el tiempo hasta finales del siglo XV. Cuando Isabel la Católica fundó la Iglesia Mayor de la Encarnación y en la frontal del Caño Wamba quedaron para historia las armas de los Reyes Católicos y el escudo de Carlos I. Las estrechas calles de su barrio árabe pueden convertirse en un verdadero laberinto para el viajero, que puede acabar entre mazmorras (cavidades abiertas en la roca que en su día fueron utilizadas como silos para el grano), en el Hospital de la Reina o en el edificio de la antigua cárcel, ubicada en la Plaza Real o de los Presos.

 El ejercicio espaciotemporal culmina con un relajante ejercicio en los balnearios de Alhama, tres kilómetros al norte. El baño viejo data de la época romana, cuando descubrieron que de esta tierra emanan 80 litros de agua por segundo a 47 grados de temperatura. Un hallazgo natural que el baño nuevo perduró en el tiempo, después del gran terremoto de 1884.

Espacios naturales

 La exuberancia vegetal que explota al sur del Poniente de Granada se concreta en la variedad de sus espacios naturales. Por ejemplo, el Parque Natural de las Sierras de Tejada, Játar y Almijara, que acoge las cumbres más elevadas de la zona, los picos de la Maroma y el Lucero, así como infinidad de propuestas activas al aire libre: senderismo, cicloturismo, escalada, espeleología... y hasta descenso de barrancos el cauce del Río Verde, en Otívar.

 Este cañón cuenta con posibilidades en varios de sus tramos, como el que se inicia en la Fuente de las Cabrerizas, o el más lúdico y divertido de la Cascada Doble, donde se puede disfrutar de las frías aguas cristalinas hasta la Junta de los Ríos. El precio oscila entre los 61 y 100 euros, dependiendo del tramo a realizar y del número de personas. Para los no tan activos, existen rutas en burro o a caballo que recorren las cautivadoras sendas de estas sierras.

Entre lo andalusí y lo troglodita

 La actividad requiere descanso y recuperación. La peculiaridad de El Ventorro es poder realizarlo en ambiente cavernícola y prehistórico. Los propietarios de esta hospedería rural, a escasos kilómetros de Alhama, idearon un baño árabe dentro de una caverna, fusión de dos mundos con los que retroceder 300 años en un terapéutico viaje. La sala consta de una nave con tres aljibes, uno de agua templada, otro de agua caliente con hidromasaje y chorros lumbares y un tercero de agua fría, además de un baño turco y una sala de masajes. El precio por el acceso a la nave oscila entre 15 y 30 euros, si se incluye masaje.

Gastronomía D.O.

 La propuesta culinaria del Poniente de Granada se fundamenta en la elaboración de platos tradicionales como los pucheros, las migas o guisos como la olla jameña (garbanzos, tocino, rabo de cerdo, espinazo y patatas), y está avalada por el sello de calidad del género local.

 La cuestión no es baladí. En el Cortijo de Tájar se pueden degustar platos a base de espárragos verdes típicos de Huétor Tájar, que cuentan con Denominación específica de Calidad. Entre sus especialidades cortijeras, el restaurante El Ventorro ofrece torreznos, lomo de orzas, papas a lo pobre y todo tipo de carnes hechas al calor de la lumbre. El Hotel rural La Paloma cierra esta trilogía de propuestas gastronómicas con una carta de platos italianos a partir de productos de la zona.

El Cortijo se lleva

Antiguos cortijos rehabilitados como última tendencia en alojamiento, polivalentes en número de huéspedes y perfiles viajeros: tanto para pasar un fin de semana romántico en pareja, como para un viaje en familia o un encuentro entre amigos lejos de la ciudad, y siempre rodeados de la belleza paisajística del Poniente granadino.

 La Casería del Pozo en Huétor Tájar cuenta con capacidad para diez personas, mientras que el Cortijo Los Justos, cerca de Fuentes de Cesna, amplia su alojamiento a 25 huéspedes. El Cortijo El Morrón, restaurado en una finca rodeada de olivares y con vistas espectaculares al Embalse de Iznájar, tiene capacidad para seis personas. Para reservar este tipo de alojamientos la empresa Homeaway cuenta con un servicio web en castellano, que además cuenta con 20.000 propiedades a escoger en toda España y más de 540.000 casas de vacaciones en 120 países diferentes alrededor del mundo.

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