La piedra como objeto artístico

Reportajes



Arte petrificado. Las hábiles manos Salvador Sánchez  (en la imagen) convierte la piedra en objeto decorativo.

16/07/2005.- Alhama de Granada siempre ha contado con buenos maestros canteros. Antonio Escobedo fue uno de ellos y hasta el final de sus días llenó de obras de arte y práctico mobiliario urbano muchos rincones de esta ciudad y del resto de la provincia. Además sus epígonos  como José Andrés Ciruela han hecho de esta labor su modus vivendi. Otro de ellos, Salvador Sánchez, intenta abrirse camino en esta antigua y dura profesión capaz de convertir una piedra inerte en un monumento artístico lleno de vida para lo que tan sólo necesita un martillo, un cincel, un cincelillo, una escuadra, un metro y un lápiz.

 Salvador es alhameño de nacimiento aunque desde hace varios años reside en Huétor Tájar. Muestra con orgullo un carné de la Junta de Andalucía que le acredita como cantero, oficio que aprendió como antes se aprendían estas y otras profesiones: trabajando con los maestros. Desde entonces Salvador acaricia el sueño de poder vivir de este trabajo. Sin embargo,  lo desconocido de su labor y los precios de los trabajos artesanales hace que apenas le salgan encargos. “Es muy difícil abrirse camino en esta artesanía o quizás no esté en el lugar adecuado” comenta con pesar antes de añadir que desde las instituciones se podría hacer más de lo que se está haciendo para que oficios como este no terminen por desaparecer. 

 Esperando que algún día todo esto cambie continua desarrollándolo como hobby y ofrece convertir en piedra cualquier idea que se ocurra a una persona. “Estoy dispuesto a hacer todo lo que me encarguen desde escudos heráldicos y de poblaciones, escenas mitológicas,… cualquier capricho que me presenten y que pueda servir para adornar una fachada o cualquier recinto de una vivienda”. Así, por ejemplo, hace varios años realizó el de Andalucía que tiene unas dimensiones de 120x90 centímetros. También se entretiene haciendo pequeños objetos decorativos como ceniceros personalizados o escudos de equipos de fútbol o pequeños encargos realizados tras su paso por la Feria de los Pueblos.