Cantaba Antonio Molina en “Soy Minero”.
Esas palabras forman parte de una definición muy gráfica de mi padre sobre el ejercicio de la libertad y la defensa de la dignidad personal.
Incluso Sísifo tuvo que tener algún momento de relax.
Divagación ‘disparatónica’ sobre inteligencia artificial. Más o menos.
O poniendo primera piedra, da igual.
Los poetas pueden ofrecer paraísos.
O, como en la famosa cancioncilla, “despacito”.
Hay varios asuntos que me parece que son bastante importantes.
Vosotros no lo recordáis porque sois insultantemente jóvenes.
Fatigará en vano el lector mapas, atlas y enciclopedias intentando encontrar el lugar en el que se encuentra la cueva de “Larangután”.
Me pide una cita a través de la red social de esta casa. Y alucino.