Y quiere dos hospitales



Granada tiene dos ríos y quiere dos hospitales. Y a pesar de haber intentado informarme acerca de la fusión-difusión y todas las confusiones que el asunto ha traído, y trae, no lo he conseguido.

 Sigo sin saber qué hubo de malo en intentar que equipos de trabajadores de la salud provenientes de dos hospitales, el Clínico y el Virgen de las Nieves trabajasen en el PTS; y, sin embargo, debe de ser fácil porque miles de granadinos así lo han entendido con su apoyo a un señor seguidor del Jesús de las siete Cuerdas, que fue el que expulsó a los mercaderes del templo, y bien que hizo, porque convirtieron la casa de oración en cueva de ladrones. Este señor, que también se llama como el “Hijo del Hombre”, también se ha mostrado iracundo y muy mal hablado contra quienes no asumían su argumento central de dos hospitales completos, su rechazo total y absoluto a lo que no fuese “como antes” y quienes no reconociesen que él tenía más “razones” que nadie, y más grandes.

 Y tanto ha sido el clamor y el rumor que al final quien tenía que tomar la decisión de tirar ‘pa lante’ y que arda Roma, si es que había que tirar ‘pa lante’, o recular, dar media vuelta y rectificar, ha decidido que mejor que no arda Roma y que tengamos la fiesta en paz y que venga, que dos hospitales completos y aquí dimite quien tenga que dimitir, todo sea por la paz y el sosiego necesarios en estos tiempos convulsos y de gran tribulación. Haya paz.

 No sé tampoco si en este retroceso de todo lo cambiado hasta quedarnos justo donde estábamos, los de la Comarca de Alhama hemos perdido, ganado o nos hemos quedado poco más que como estábamos, que es bastante fastidiados, por no usar otro verbo mucho más rotundo y con connotaciones sexuales. No tengo experiencia del PTS, pero si una larga y poco fructífera (porque lo mío no tiene cura) en el Clínico Viejo y e el Nuevo y debo decir que el personal sanitario siempre ha sido absolutamente profesional, amable y de trato exquisito, pero que a veces las dependencias de traumatología, los pasillos, se quedaban francamente estrechos para tanto paciente esperando. Si, como parece ser, o como creo creer, el viejo hospital se queda para crónicos y pacientes de larga estancia y el paisanaje cambia al paisaje del PTS tal vez sea mejor.

 Una cuestión sí que me planteo y es la de que el destino al que acudir en caso de precisarlo esté determinado no por la posible patología si no por el azar del sitio en que se resida, norte, sur o metropolitano, que parece ser que era una de las causas de esa fusión: Que el paciente acuda donde mejor puedan atenderle y no donde el caprichoso azar lo destine. Antes-ahora si eras de mi pueblo ibas al Clínico y si eras de no sé dónde de Granada al Virgen de las Nieves, que para que se me entienda es decir que los de mi pueblo al de los pobres y lo de no sé dónde al de los riquillos, que como bien dice un magnífico político que preside la Diputación, no somos ricos, somos riquillos.

 De cualquier forma aún no está todo completado y muy bien puede ser que lo que hoy es blanco, dentro de algún tiempo se ennegrezca y lo que hoy es todo luz, felicitaciones y buen rollito entre las autoridades sanitarias y las plataformas, mañana se convierta en guerra atroz, que aquí todo esta en manos de lo que diga “un tal Jesús”, título de una novela radiofónica que en mis tiempos de microfonista audaz se emitía en Radio Alhama, cuando existía la radio y quienes la hacíamos éramos más jóvenes. Por mi parte el tal Jesús del gran poder mediático me la traía, me la trae y me la traerá al pairo, expresión con la que indico que me da igual y que, igual que la nave al pairo no cambia su posición, yo tampoco cambio la mía en este asunto. Dejo que sean a quienes compete por entender en el tema y disponer del poder, los que asuman el arreglo de este monumental dislate en el que la construcción y equipación de un hospital que debería ser de los mejores de Europa se ha convertido en un problema, no sé si por mala planificación inicial, que seguro que si, por intereses contrapuestos de algún personal sanitario, que seguro que también, por intereses partidistas de grupos opositores, ¿podría ser, no?

 Desde el principio de esta mirada he dicho claramente que no tenía ni la menor idea de por dónde van los tiros en este asunto, pero a un español, y yo lo soy, como el que más, el desconocimiento de algo no le ha impedido nunca opinar rotundamente sobre el mismo y no iba yo a ser el primero en dejar de ejercer ese derecho.

 Granada seguirá con sus dos ríos, sus dos hospitales, su metro, su tren, su casino y con los ‘malafollás’ como yo, que hoy tengo una ‘malafollá’ que ni yo mismo me aguanto, perdonen ustedes el desahogo.