Efectivamente, los mercados no son gilipollas

 Aunque suelo enriquecer mi lenguaje oral con algún que otro vocablo malsonante, en mis escritos procuro siempre eludirlos, el titular de la mirada de hoy lo ha escrito prácticamente Cristóbal Montoro al afirmar que “el PP volverá a ganar las elecciones porque los mercados no son gilipollas”.

 Se agradece la sinceridad en estos tiempos en los que tiende a ser un bien escaso; que reconozca claramente para quien gobierna, los mercados, es altamente satisfactorio. Montoro podía haber dicho que la madurez y responsabilidad del pueblo español daría la victoria a su partido u otra frase similar, pero ha preferido ser brutalmente sincero. España, el pueblo español, los españoles le importan un ardite y, por tanto no cuenta con el voto de los españoles si no con el apoyo de los mercados que es para quienes gobiernan quienes escriben las leyes al dictado de esos mercados que no son gilipollas y lo que quieren es mano de obra barata, condiciones laborales propias del siglo que vio aparecer el capitalismo salvaje y sobre todo beneficios, muchos beneficios para que las personas anónimas que pertenecen a las juntas de accionistas de grandes multinacionales, la gran banca , industrias farmacéuticas etc puedan seguir poniendo y quitando gobiernos y comprando voluntades para seguir ejerciendo el verdadero poder, que es el de no n tener que ordenar siquiera, si no limitarse a sugerir.

 Y Montoro, feliz él, vaticina el triunfo, no gracias al apoyo popular, sino al de los mercados, y Rajoy dice que es bueno tener sueldos bajos para que haya más trabajo para todos. Y cada uno de los gobernantes del PP allí donde pueden hacerlo, trabajan activamente para tener un país dócil, con pocos derechos laborales, con una sanidad, educación y dependencia recortadas a su mínima expresión.

 Y es que efectivamente quienes dirigen a nuestros dirigentes no son gilipollas, son gente carente de la más mínima empatía a la que los demás les parecen únicamente números en una cuenta de resultados, que es lo único que cuenta.

 Naturalmente como no sé quiénes son los accionistas de esos mercados que nos gobiernan ilustro a estos con la imagen de uno de los psicópatas más literarios y cinematográficos de los últimos años, Hanibal Lecter Y no es casual que elija a un asesino caníbal.

 Lo último que me pregunto es, si los mercados no lo son, ¿quiénes son los gilipollas? Como dijo Bob Dylan, “la respuesta, amigo, está en el viento”. Más o menos.