Seguramente alguna vez saldremos de la crisis



 Alguna vez, de algún año más o menos próximo, saldremos de la crisis; lo que cabe preguntarse es sino estaremos peor entonces que ahora.


 Yo estoy convencido de que sí, de que las soluciones que se aplican para salir de la crisis nos dejarán mucho peor una vez que se haya terminado la recesión y se haya terminado con el desempleo, porque creo que una sociedad basada en que la gran mayoría tenga que trabajar más horas y más años, con meno sueldo y derechos para que una minoría se dedique a disfrutar de la vida en todo su sentido, es una sociedad profundamente lesiva para los intereses de la mayoría.

 He escrito lesiva, es decir que causa daño o perjuicio, no he escrito injusta, ni insolidaria porque no creo ya en la justicia de los poseedores para los desposeídos, ni en la solidaridad, que es la adhesión circunstancial a la causas o empresa de otros; no creo que circunstancialmente tengamos que unirnos los desposeídos y hacer causa común.

 Por cierto creo que debe estar claro que los desposeídos somos todos a cuantos nos han privado de nuestros derechos: nuestra educación, nuestra pensiones, la casa que creíamos nuestra, nuestros ahorros, nuestro futuro, nuestra dignidad, nuestros sueños, nuestras ilusiones, nuestra esperanza... suma y sigue.

 Como no creo en la justicia, ni en la solidaridad en algo he de creer y ese algo en lo que creo es en el egoísmo, que es la fuerza motriz que hace girar el mundo. Por más que me pese, y me pesa mucho, tengo que dar en esto la razón a Friedman. No es el pensamiento el motor de toda acción, lo es el deseo, quiero, luego existo. Lo que yo quiero es muy simple; vivir en toda su acepción y esplendor, gozar intensamente de la alegría y del dolor de la vida. Aprender, descubrir, estudiar, trabajar, jugar, reflexionar, actuar, soñar, ensoñar, perder el tiempo, ganar el tiempo. Lo que no quiero es perder la vida esperando a que los poseedores tengan a bien concederme lo que yo quiero.

 Lógicamente lo que yo quiero, supongo que lo quiere la inmensa mayoría de los desposeídos, que somos casi todos, es decir que si sumamos mi egoísmo y el egoísmo de todos, y lo sumamos activamente seremos capaces de llegar a algún acuerdo que nos permita que todos podamos vivir lo más cerca posible de nuestro ideal de vida.

 Para cuando salgamos de la crisis vamos a estar bastante fastidiados, por no decir completamente jodidos, pero, ya que lo he dicho, lo dejo. Y como vamos a estar así, nos va a tocar, por egoísmo, recorrer todo el largo camino que recorrieron nuestros bisabuelos, abuelo y padres, que estuvieron como vamos a estar nosotros, para intentar que de nuevo se pueda vivir dignamente. Naturalmente eso, vivir dignamente es algo a lo que no tenemos derecho, a las pruebas me remito, pero dado que la justicia de los poseedores para los desposeídos es la que es no voy a calificarla, dado que tenemos lo que tenemos y queremos algo mejor, habrá que ir pensando en formas de lucha para obtener lo que un día tuvimos, tampoco abogo por el Paraíso Proletario en la Tierra, simplemente lo que tuvimos. Naturalmente esa lucha ha de ser pacífica, porque los poseedores, lógicamente, poseen las armas y ejércitos, ya públicos, ya privados para enfrentarse a quien intente oponer su violencia a la de ellos, y esa vía no es factible. (Nótese que en este artículo no apelo para nada a la moralidad, la ética, el derecho o la justicia, toda vez que creo que también esos conceptos están en poder de los poseedores). Por motivos egoístas y prácticos, nuestra lucha debe ser pacifica desde el principio al fin, y encaminada a conseguir objetivos concretos y factibles. Trabajo digno y remunerado de forma que se pueda vivir, no sobrevivir. Educación pública, gratuita, laica y no sexista, derecho a la cobertura sanitaria pública y gratuita etc., etc. Como ven, no planteo objetivos como un sueldo para todos, incluso para quien no quiera trabajar (aunque se podría discutir) sino que me mantengo en el terreno de lo factible.

 Un objetivo cada vez, y paso a paso hasta recuperar lo que teníamos, por las luchas de nuestros ancestros, y nos han arrebatado.

 Lógicamente para alcanzar tales objetivos es necesario planteárselos a largo plazo. Por eso lo hago ahora, para que cuando salgamos de la crisis, lo tengamos pensado y decidido.